Paseaba
entre la tierra y la luna, cuando de repente te vi…
Y me paré a contemplar tu hermosura.
Asombrado
pregunte:
-- ¿Eres
estrella o cometa?... o quizás seas el reflejo del cielo entre la luna y la
tierra.
Y tú te
deslizas como polvo cósmico, entrando por mi nariz…
Cristales que se soldaron, para no desoldarse
ni en las zonas más oscuras.
Ahora tú y yo podemos ser una medusa, una mariposa o cualquier otra cosa…
Lo que
nos apetezca, pues estamos hechos de la misma materia.
Y pasaron los años y te volví a repetir:
─ Te amé desde el primer día, como se ama al más bello planeta…
Itinerantes
seguimos caminamos por la galaxia, como si esta fuese nuestro planeta.
Tu órbita me hizo girar en tu sendero…
Sin medir distancias, sin calcular tiempo…
Solo el impulso de un amor sincero, que late con el ritmo del
universo.
Somos dos astros con la misma luz, bailando un vals sobre el canto de la luna.
Mi corazón viajó más allá de un agujero oscuro, para encontrarse por fin...
Junto al tuyo.
Y si el cosmos un día se apagara, o las constelaciones se durmieran, aún así brillarían nuestras almas…
Que darían luz a los amantes en la
tierra.
Alejandro
Maginot
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Un romántico poema donde dos almas se unen, sin apenas tocarse con las yemas de los dedos.
ResponderEliminarDonde el cuerpo no llega , los une ese polvo cósmico que ha invadido su ser, y ambulan por la galaxia amándose en los confines del universo.
Palabras e imágenes flotantes en el mundo donde la poesía se convierte en cuento , y está en poema.
Muy bonito, te felicito.
Un fuerte abrazo, deseándote un feliz fin de semana.