Ya no soy el que fui, y ya no sabré jamás serlo.
Mi hermosa primavera
y mi cálido verano, dan el salto hacia mi ventana.
Amor, siempre fuiste
mi señor, te serví bajo todos los dioses.
Ay, si pudiera dos
veces nacer, ¡cómo te serviría mejor!
Labraría unos surcos,
donde sembraría semillas de las flores del amor, abonarlas y regarlas, seria
toda mi pasión.
Pegar nuestros
cuerpos, como la cola a su madero pego.
Dejarnos acariciar,
como la brisa al trigo acaricio.
Abrazarnos, como la
mariposa a la amapola abrazo.
Sobrevivir juntos,
como sobrevive la luna y el sol.
Volar al amanecer el
día y hasta la puesta de sol.
Pintar nuestra casa
de amarillo, del color del sol.
Amarnos el uno al otro,
como a su dueño ama el perro pastor.
Bailar dando vueltas,
como danza la abeja alrededor de la flor.
Querernos con toda el
alma, la misma que pone en el tiempo el reloj.
Encontrar nuestro
sitio, como en la tierra la hormiga lo encontró.
Mojarnos con el agua
de la lluvia, como en el estanque el pez se mojó.
Rodar por la ladera,
lo mismo que por la nieve el copo rodo.
Despojarnos de la
ropa, como del capullo la mariposa se despojó.
Trepar hasta la
montaña, aunque sea despacio como despacio anda el caracol.
No olvidarnos nunca
de quienes fuimos, y nunca jamás dejar de serlo, y así amarnos como si fuésemos
seres eternos.Fdo: Nadavepo.
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