Eres mariposa de alas grises, que escribes los
renglones de tu historia, con pluma negra… Permite que te dedique estas palabras, escritas con tinta de color,
para que vueles a pleno sol, saliendo de la desesperación de no encontrar
calor. Porque yo te aportare ese valor, gritándote una y otra vez… ¡Te quiero
amor!
Tuve que utilizar como filtro un pétalo de flor, para que al mirarte no
me cegara tu belleza…No perdí los ojos al contemplarte, pero si perdí el
corazón, al no poder filtrar aquel hermoso pétalo de flor, tu egoísmo de falsa
princesa.
A tu lado me siento un diminuto David, a los pies del gigante Goliat… En
un principio fue, por tu belleza, por tu elegancia, y no sé por cuantas cosas
más. Ahora me siento aún más pequeño a tu lado, porque no sé cómo de ti poderme
separar, para no acompañarte en tu carrera, hacia ser de lo más interesada,
despiadada, y no sé cuántas cosas más.
Exponerme a ti, al equilibrio que representas, a la estabilidad que me
das, a tu forma de pensar… Es como exponerme al sol, que me da vida, que me
reconforta con su calor, y que me ilumina con su candor.
No malgastes tu tiempo, escribiéndome una
extensa carta. Solo dime, que ya has empezado a volar… Con esa pequeña frase,
todo se entenderá.
Sin palabras quedo, ante tus escritos bandoleros… que me roban los
sentidos, desnudando hasta mis sentimientos.
Gloria al bienestar que me das, a la efigie que no paro de acariciar.
Gloria es donde tu estas, en la tierra o en la mar... Gloria es en fin, todo
aquello que tú puedas tocar.
Un pensamiento
impuro… todas las delicias que provocan en mis noches, las imágenes de tu
cuerpo desnudo.
Te conocí una tarde, al borde de la
primavera. No en una ciudad, si no en la rivera de una pradera. Allí sellamos nuestro amor, y como testigos…
Un ejército de espigas, cuatro amapolas, y una solitaria encina.
A través de la cortina, que forman las gotas de lluvia sobre el
cristal,.. Veo pasar un ángel, hermosa criatura, forjada de porcelana, marfil y
cristal. Que como esponja, absorbe todos los colores al caminar, dejándonos a
oscuras, sin luz y sin belleza a la que contemplar. Desde ese momento, supe el
significado de la palabra ¡Amar!
Acuérdate
de mí. De aquellas tardes cogidos de la
mano, aunque paradójicamente ahora para ti, yo sea un extraño. Acuérdate de
cuando enfermabas, quien te reconfortaba en su regazo. Recuerda, las ilusiones
que teníamos, las mismas que compartes en el día de hoy, con otro ser humano.
Dedícame un pensamiento; a mí, al niño, al poeta, al que ahora te resulta tan
extraño. Recuerda que yo seguiré apostando por ti, por tu felicidad, por tu
bienestar, aunque ahora te encuentres en otros brazos.
Marcas silueta, marcas tacones, marcas de Afrodita la fachada… Que
sensual es verte venir hacia mí, contoneando tus caderas con la majestuosidad
de una gacela.
Anoche, mirando por la ventana, observe como la luna y el mar se
besaban. Sabía que tú desde muy lejos, también los contemplabas… Que rabia, no
poder atravesar la luna, y aparecer sobre tus labios. Y que fuesen la luna y el
mar los que nos miraran.
No existe un acoplamiento más
perfecto, que el de dos enamorados cuerpos. Rozan la perfecta armonía, cuando
danzan por el día. Tienen la máxima compenetración, cuando pasean bajo el sol.
Y rozan la divinidad, cuando besos se dan… Pero su mayor logro, es la
sincronización, cuando hacen el amor.
Maravillado quedo ante el espejo… Sabiendo que mi reflejo eres tú.
Quede sorprendido, al descubrir… Que siempre eres adorable, aun bajo la
oscuridad de una enfermedad.
Una dulce rosa, una copa de champan, dos entradas de amor… Cine que forjamos, cuando respiramos, porque
los espectadores saben, que locamente nos amamos.
Gracias siempre, un día detrás de otro. Por tus bonitas letras, por tu
forma de detectar mi tristeza, por saber darme desde la distancia cobijo en tu
alma… aunque tú, tengas destrozadas las entrañas.
No profundices en
el dolor… o te volverás parte de él, esparciéndolo en los que tienes a tú
alrededor, y no tienen culpa.
Sonidos musicales, que me despertaron esta mañana. Son cantos de bellos
pájaros, que alimentan mi alma… pero lo más dulce ha sido el colofón, que era
oír tu voz adornada con la clave de sol.
Difuminada veo tu cara, en la distancia del tiempo… Pero aunque llegue a
borrarse, lo que jamás se borrara, son aquellos tan bellos recuerdos.
Eres la ola más perfecta, la que me sube a su cresta, la que hace que
pierda la cabeza… Eres la espuma que rompe, que eclipsa el horizonte, la que me
despierta, haciendo que tenga los pies sobre la esponjosa tierra… Eres la diosa
eterna, que baña toda la tierra, creadora de sueños inagotables; por eso consigues que ame, hasta el más
pequeño ápice de tu carne.
No se puede ahogar, a quien amor te da. No
puedes ajar, con quien retoños germinaras. No se puede maltratar, a la que a tu
lado esta. No se puede asfixiar, a quien de sus entrañas oxigeno te aportara…
Si eres violento, y la belleza no la sabes respetar, abandona a esa flor,
dejándola respirar.
Danza desaforada, que mi cuerpo
sacude, como el látigo de las bestias cuando cruje. Remolinos sin tregua, que
hacen que tiemble, perdiendo el sentido de mis piernas… Fragancia azul, es lo
que cuando bailamos abrazados, desprende tu cuerpo, desprendes tú.
El reloj me hace aullar, cuando la luna llena esta… Sera por su ring,
será por su despertar, o será porque mi cara entre tus piernas esta.
Nadavepo.
Chapo ..poco más se puede decir , juntos todos ellos forman un gran poemario ...las letras nos hacen sentir y las imágenes son hacen soñar así pues el cóctel perfecto para seguir leyéndote .... Gracias .
ResponderEliminarGracias encantadora Campirela, tu comentario aviva mis ganas de escribir, aunque sea en pequeño, muy pequeño. Te mando un cordial saludo, con un abrazo de cariño.
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