Me despierto, me siento maleable entre tus sábanas. Hoy soy de color
verde, quizás porque amanece un día lleno de esperanza.
Soy muy sensible a tu calor, me puedo derretir entre tus brazos, moldéame
amor y dame forma de corazón… porque si no, no sentirás su latir cuando esté lejos de tí.
Tus manos huelen a plastilina, no porque seas una niña… es porque cuando
me acaricias, te llevas contigo toda mi existencia, hasta los recuerdos más
tiernos de mi infancia.
Que extraordinario es, ver la aurora boreal sin salir de la cama, esto
sucede cuando abres los ojos cada mañana… el azul que desprenden, sale de la
paleta de colores de tu alma.
Sólo tienes que vocalizar una palabra, para crear la melodía más
hermosa, que pueda sorprender al ave más cantora… cuanta armonía para cada uno
de mis días, el oír tu voz centralizada en la mía.
Me pones un dedo en mi piel, que se hunde como en plastilina. Ahora ya
no digo nada, ahora somos dos colores fundidos en uno… como dos barras
plastilina.
Nadavepo
Hoy nos dejas un Sexteto donde podríamos pensar seis cosas diferentes pero una común ..versos llenos de cariño, amor , niñez y sensibilidad ..podrías referirte a esa pequeña jugando con su plastilina , como a la mujer amando , todo en sus estrofas tienen cabida ..un día más nos deleitas con tu prosa envuelta en poema...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz resto de semana.
Mi reflejo hacia los descubrimientos de la infancia, que aún hoy en día, sus recuerdos perduran. Gracias infinitas querida Campirela, te deseo mucho bienestar para el resto de semana.
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