Mi Reina… fiera entre las fieras y hada entre
las hadas, que me haces intuitivamente coger los frutos de tus ramas.
Mi Reina… tan libre en la vida como en un
tablero de ajedrez, donde nadie te puede detener.
Mi Reina… que haces que como el tronco de un
olivo me retuerza, cuando en mi ombligo metes tu lengua.
Mi Reina… que de las cabañas a los palacios me
elevas, mientras en el camino como Aladino en su alfombra levito.
Mi Reina… que de burbujas de regaliz llenas mi
boca, cuando con tu flexible lengua la rozas.
Mi Reina… que con solo un abrazo mi cuerpo
como marioneta dislocas, mientras mis rodillas de pura pasión se aflojan.
Mi Reina… loca en tus decisiones y llena de
bonitas aspiraciones, mientras conviertes en carrozas a calabazas y ratones.
Mi Reina… te adoro aunque vayas descalza,
porque por donde andas las flores armoniosamente y al unísono cantan.
Reina destronadora de reinas, amapola en el
núcleo del sol… “te amo amor”
Alejandro
Maginot
Hoy tu poesía nos llena de esa Reina que la idolatras de tal modo que le vamos a hacer todos una reverencia jajajá.
ResponderEliminarLo máximo es siempre aquello que nos llena con lo más mínimo.
Que en la vida de cada uno pongamos esa persona que nos haga sentir diferente, nos llene de ilusiones y nos riegue con su alegría.
Un abrazo, muy feliz tarde de domingo.
Menos mal que no estamos en el medievo, donde las reinas eran otra cosa. Jajajajjaa
ResponderEliminarUna vez más te doy las gracias mi estimada amiga Campirela por tu comentario siempre tan ameno de leer.
Te mando abrazos cargados de cariño y te deseo un estupendo comienzo de semana.