viernes, 24 de junio de 2016

El Beso











    Rezaré para que me beses, rezaré.

   Rezaré, con la misma vehemencia con la que reza el marino al borde del naufragio, con la misma fuerza con la que arranca la simiente un tornado, rezaré,

  Y aún siendo defraudado, insistiré para que me beses. Para que al besarme transformes al ser deforme, en un ser bello y encantado.

  Y si no lo consigo, te suplicaré para que tu beso libere mi garganta, del trozo de manzana envenenado.

  Y moriré si hace falta en el intento, rogándote que me beses y vuelvas a la vida a este ser inanimado.

  Y si después de todo esto, sigues pensando que besarnos es pecado, si quieres confesarte nada más  que por el hecho de haberlo pensado.

  Te diré que Jesús, beso a una mujer de rostro desangelado, de espíritu libre y de beso puro e inmaculado. Y aún siendo criticados siguieron besándose…

  Porque Jesús dijo: besaros con amor, besaros por la paz, besar a vuestros hijos y hermanos. Porque besar no es pecado, porque besar es el gesto más amable y más humano.





Nadavepo.





domingo, 12 de junio de 2016

Secreto












  Y nos prometimos guardar nuestro secreto, hasta que nuestros cuerpos fuesen sepultados… han pasado algunos años y nuestro secreto no ha volado, lo hemos como un tesoro guardado.

  Pero yo ya no puedo más, tengo que desvelarlo… aunque me quede a tu desconfianza encadenado, si lo guardo un minuto más arderé como el Ángel no amado.

  Déjame que abra esta jaula para que vuele libre, esa promesa que nos juramos en el pasado… déjame que la cuente, aunque en el infierno mis labios con fuego sean sellados.

  Y ahora, aún arriesgándome a que con tu espada mi corazón sea atravesado… proclamaré a todo el mundo tan bello secreto, que jamás ha sido inquebrantable ni en el presente ni en el pasado.

  Quiero como pregonero, estar en los cuatro puntos cardinales del viento… para que todo el mundo participe, de tan lindo relato.

  Grito sin más demora, cuanto te amo y cuanto te he amado… y no eras mi esposa, ni mi novia, ni tan siquiera mi amante. ¡Eras una luz de juventud, que pasó por mi vida en aquel maravilloso instante!

  Te rogaré en el cielo o en el infierno, que me perdones por desvelar nuestro eterno secreto… que fue amarnos, como se ama el fuego y el viento.





Nadavepo.



 


martes, 7 de junio de 2016

Reflexión












  Reflexionando en un paseo a solas, me encontré con un panal que colgaba de un eucaliptus, de sus celdas chorreaba unos delgados hilos de miel, que formaban un lento riachuelo al juntarse en el centro del tronco.

  Hipnóticamente, metí un dedo en tan brillante elemento y lo llevé a mi boca, degustarlo fue sentir el dulzor del primer beso que me dieron tus labios.

  Después, baje una pequeña ladera hacia un rio que cruzaba la vega, para lavarme las manos. El oblicuo sol, reflejaba sus rayos sobre el agua cristalina que bajaba adormecidamente.

  Esos destellos plateados, me recordaron la chispa, la ilusión que desprende tu mirada. Arrodillado en la hierba metí mis manos en el agua, fue curioso cómo me dediqué a acariciarla, era como acariciar tu piel en el frescor de la madrugada. Fueron dos minutos de éxtasis, que me parecieron veinticuatro horas de felicidad contigo.

  Me incorporé y empecé a caminar hacia un polvoriento camino, abrazado en sus orillas por amarillentos girasoles, me desbordó tanto su belleza que me transporte como sonámbulo, en un largo paseo por tus rubios y refractores cabellos.

  Entré en un llano, sembrado de majestuosas encinas agrestes, andar entre el frescor de sus sombras, fue como sentir la brisa de tu refrigerante aliento en mi nuca.

  El vuelo de unas mariposas me deleitó, me recordó el aleteo de tus pestañas cuando te pones coqueta.

  A cada paso que daba, algo que veía algo que me recordaba a tí. Esa fue la mayor y la más importante de las reflexiones que hice a lo largo de mi vida, durante un día de viva luz.

  En aquel paseo y durante aquella jornada… descubrí lo que significa amarte, ¡amarte es ver en tí, a un ser omnipresente!






Nadavepo.




sábado, 4 de junio de 2016

Mi Credo












  Saber que vos está a mi lado, ese es mi credo.

  Mi estandarte, su moreno pelo mecido al viento.

  Mi mayor emblema, vuestros labios cuando me besan.

  La armadura que me da el poder, las venas que entrelazan vuestra piel.

  Soy invencible en la batalla, cuando lucho con el escudo de vuestro corazón.

  El blasón de nuestra fortaleza, el unicornio blanco de vuestra alma.

  Mi señora, mi dama, sólo me queda mi espada para protegerla, para cuidarla, para rendir a los que la ofendan en la batalla.

  Quiero no sólo adorarla, también coronarla con mis lágrimas blancas, derramadas sobre pétalos de esperanza.

  Fortalezcamos nuestro reino con un amor eterno, que si jamás fragmentado nunca nuestro reino derrumbado.

  Demostrémosle a nuestros enemigos, que se pueden dejar las armas y seguir el camino de la paz, que no sólo con las armas se puede ganar, que existe otra mágica virtud.

  Enseñémosle a conjugar el verbo amar, para que reine en nuestro mundo una preciada palabra, que se llama “Paz”.






Nadavepo. 





Brisa