lunes, 12 de septiembre de 2016

Amarte es esperarte












  Amarte fué esperarte por primera vez, en mi mente, en mis pensamientos, en mis sueños… ya sabía que eras tú la que aparecería en mi vida, no preguntes porqué, yo ya lo sabía.

  Amarte fué esperarte de niño, en la fuente donde jugábamos… cuántas emociones, cuánta adrenalina para dos cuerpos tan enanos.

  Amarte fué esperarte a la puerta del instituto… yo te entregaba las golosinas que a ti tanto te gustaban, mientras observaba como te ruborizabas. Mejillas rosas, ojos puros, olor a juventud.

  Amarte fué esperarte al pie del altar… deseoso de verte de blanco impoluto, corazones alterados, anillos entrelazados. Sí quiero, una y otra vez más hasta que se desgaste el metal.

  Amarte fué esperarte en la sala de maternidad… soñando con rociarnos los tres, con las gotas de la felicidad. Te amo, me has dado a otro corazón al que esperar.

  Amarte fué esperarte, cuando con tus pasos cansados tardabas en llegar… cual hermoso fué junto a ti, llegar a la tercera edad. Arrugas que me parecen los surcos dorados que forman tu sonrisa, al reflejarse en las aguas del mar.

  Ahora ya no estas, ahora no te puedo esperar… pero te seguiré amando hasta que te pueda en ese viaje acompañar. Entonces, entonces tú serás la que me esperaras al pié de nuestro altar.

  ¡Amarte es esperarte! lo mismo que lo hice aquí lo haré en el más allá.





Nadavepo.





jueves, 8 de septiembre de 2016

Volveré en Abril












  Sincronizaré con tus desvelos, para calmarte y que todo a tu alrededor sea sereno… y me inspiraré en tus sueños, para quererte y verter sobre tus labios el beso más sagrado.

  Mándame tus cartas, que con tu escritura te delatas… en ella puedo ver tu alma y hasta oigo los latidos de tu corazón.

  Con cada palabra, entras en mi como soplo de aire fresco… el cual mantendré eternamente, en las ramas de mi árbol protector.

  Te extraño toda, como verso, como amapola, como viento que enmarca la aurora… y al igual que las golondrinas volveré en Abril, a tu nido, al oasis de tu ombligo, donde podré calmar mi sed.

  Volveré en Abril, cuando crece el jazmín… me vestiré de arlequín, y con una nariz de payaso volveré a hacerte reír.

  Quiero llegar en Abril, para llevarte a la catedral… y en su patio de naranjos, dejar que nos envuelva el olor  azahar.

  Jugaremos en la fuente de tu barrio, donde por primera vez nos besamos… al cobijo del murmullo de sus caños, que con su ancestral magia nos harán rejuvenecer.

  Cógeme de la mano, llévame de paseo… llévame a todos los recovecos, donde de niños jugábamos y soñábamos con crecer.

  Paséame por todos los rincones de tu cuerpo, esos en los que durante horas nos perdíamos… esos rincones donde yo perdía la cabeza, y también el pulso de mi corazón.

  Te amaré aquí en la sombra, te desearé donde calienta el sol… te querré en noviembre, en diciembre, pero cuando llegue abril adherido a ti quedaré, para que ni el quebranto de nuestro mundo, ¡me pueda separar de ti!





Nadavepo.




Brisa