lunes, 30 de noviembre de 2015

Tú me enseñaste a vivir













Tú me enseñaste a vivir… por lo que todo el mundo se pelea.

Tú me enseñaste a vivir… por lo que hoy en día tanto escasea.

Tú me enseñaste a vivir… por lo que ahora hay tantas guerras.

Tú en fin me enseñaste a vivir… por la naturaleza que nos rodea, agua, árboles, aire y tierra

¡Todo lo que no se puede comprar con riquezas!

Tú fuiste un ser tan especial… que con tus enseñanzas, desentrañe los secretos de la madre tierra.

Aprendiendo a respetar y a amar… y devolviendo con mis actos, la gratitud que nos brindó nuestro planeta.

Y mi objetivo siempre será…

Andar sin ensuciar… como lo hacen todos los animales, que caminan por los vericuetos de nuestra verde esfera.

Nadar sin ennegrecer el agua… como lo hacen todos los peces, que surcan por nuestras plateadas mareas.

Volar sin contaminar el aire… como vuelan todas las aves, que inundan nuestros cielos azules llenos de estrellas.




Nadavepo.





miércoles, 25 de noviembre de 2015

Mi amante












  No me preguntes nunca, ¿por qué tengo una amante?… porque solo tú eres la culpable, jamás me diste un ápice de calor ni tan siquiera de cariño.

  No me acuses, que tengo una amante…tú tienes la culpa, porque tener sexo contigo se convirtió en saltar desde un abismo.

  No me eches en cara, que tengo una amante… siéntete culpable, porque nunca me quisiste dar un hijo.

  No me recrimines, que tengo una amante… la culpa la tienes tú, porque solo vives para ti, para tu belleza y tu egocentrismo.

  No te quejes ahora, que eres la que estas en segundo lugar… pues te di miles de oportunidades, y nunca aprendiste a amar.

  No me lo reproches nunca más ¡por favor!, diciéndome que no te lo había dicho… tantos años juntos, y nunca a nada de lo que te conté le habías puesto oído.

  Ahora si quieres, podrás volar en libertad… buscando podrás encontrar a otro títere, que soporte tu vanidad y materialismo.

  Y no sé a que ente darle las gracias… por no haberme dejado subyugar y vivir debajo de tus faldas.

  ¡Rutina sin palabras!

  Dos enormes pilares, con los que se va dilatando la distancia.




Nadavepo.






lunes, 23 de noviembre de 2015

Mi corazón













Te mimaré con mi corazón amable… cuando tú necesites mimos.

Cuidaré con mi corazón sano… al tuyo cuando esté herido.

Te calentaré con mi corazón de roble… cuando tu cuerpo tenga frío.

Mi corazón alegre te protegerá… cuando las penas te vengan a buscar.

Te protegeré con el corazón de acero… cuando estés desprotegido.

Y cuando el último aliento se te haya ido… intentaré arrancar tu corazón con los latidos del mío.

Y si no es posible… que se pare le ordenaré al mío, pues aún sin latidos te cuidaré, aunque sea en el oscuro valle del frío.





Nadavepo.





jueves, 19 de noviembre de 2015

Escríbeme












Escríbeme… aunque hacía mí persona, sea lo último que hagas.

Escríbeme, por favor… bien sea por las noches en las que tú dormías, mientras yo te velaba.

Oscuros y grises, se han tornado los cristales de mi ventana… porque no te atreviste a despedirte, aunque fuese con unas furtivas palabras.

Ni unas letras, ni tan siquiera tan escuetas como se hace en un telegrama… para decirme porque huiste, escudándote en la oscuridad de aquella fría madrugada.

Amortigua mi dolor, te lo suplico… solo dime si te encuentras bien, con un simple “si” saciarás mi desesperanza.

¡Que te cuesta!

Sólo un “si” y desencriptarás mi corazón y mi alma.





Nadavepo.






domingo, 15 de noviembre de 2015

Gris













Salí de viaje hacia ninguna parte, obligado a buscar un lugar que jamás encontraría… o por lo menos, eso es lo que pensé en aquel primer día.

Arduo se hizo tan largo viaje, pues nos llevaron como a salvajes… hacia lo que podría ser una muerte segura.

Nos recibieron a golpes y desnudando nuestra piel… pues de nuestra mente, ya se habían asegurado que estuviese vacía.

 Fue en aquel mismo momento, cuando me pregunté…

¿Cómo puede ser, que unas personas como yo… tengan tanta hiel en el corazón, que no sientan mi dolor, cuando me machacan los huesos y la piel?

Nos encerraron en un campo gris, aunque más grises eran sus muros.

Volvieron gris mi paladar y hasta gris se volvió mi orgullo… que difícil se me hace nadar, en un océano de grises tan oscuros.

Cuencos de agua semivacíos, mendrugos de pan enmohecido, que aún sin tener nosotros culpa nos hacen perros de presa… que de rabia se impregnan por el hambre  la sed y el frío.

Oscuridad gris, en cuatro paredes encerrada… mi vida es tan frágil, como lo es sobre la vela la llama.

Desde aquí alzo una plegaria y a quien corresponda le digo…

Nos habéis dejado olvidados, ¡que poco vale para vosotros la vida de nuestros hijos, seguro que los vuestros sueñan y están protegidos!

Y a ti juez supremo, a ti ni te maldigo…  pues ya no nos creemos, que tu fueses nuestro protector divino.





Nadavepo.





jueves, 5 de noviembre de 2015

Dejaré de escribir













Dejaré de escribir, lo he decidido esta hermosa mañana…

Pues soy incapaz de seguir, describiendo como eran tus manos de plata.

Dejaré de dibujar, lo pensé mientras te recordaba…

Pues ya no me queda pulso para sostener el lápiz, con el que pintaba tu delicada cara.

Dejaré de hablar, quedaré mudo hasta en el pensamiento…

Pues no quiero que mis palabras desluzcan, lo que para mí significo sentir tu gran amor.

Quiero en fin, dejar de respirar…

Pues de ninguna manera quiero contaminar, el entorno que tú has dejado atrás.

Y si pudieras  algún día retornar…

¡Te juro!

Que te cogería de esas lindas manos de plata, para poder besar tu bella cara, y suplicarte que si te marchas nunca más me dejes atrás.





Nadavepo.




lunes, 2 de noviembre de 2015

La castaña













 Ronda el tiempo alrededor de la castaña, buscando lo que hace siglos se perdió aquí en España.

 Perdió los dientes de oro, hablando de una esperanza, que ni aún pintada de verde llegaba.

 Tiempo, que llevas siglos intentando encontrar en esta tierra, una libertad jamás forjada, nunca del todo asentada y cronológicamente muerta antes de que respirara.

 Horizonte actual, pregunto aunque yo sigo marcando igualmente, al mismo ritmo el compás.

 ¿Dónde están esos castaños? Esos que hace siglos aire puro me permitían respirar, ¿dónde está la concordia? Esa que nos toleraba y como hermanos nos dejaba vivir en paz.

 Y aunque yo nunca me retraso, ni dejo de cantar el tic tac. Noto como el hidróxido de carbono, ennegrece mis conductos al avanzar.

  Por eso, es ahora en la época actual, cuando las horas las marco, pero no de detrás de un bello cristal, cuando reflexiono preguntándome.

  ¿Cómo pararía la máquina, retroceder en el tiempo y volver a empezar?




Nadavepo.






Brisa