lunes, 29 de diciembre de 2014

Encuéntrame









  Cuando quieras encontrarme.

 Búscame abrazado a tu sombra.

 Búscame sobre las Nubes.

 Búscame bajo las rocas.

 Búscame entre las ramas o en el envés de las hojas.

 Búscame como la tierra seca busca a la lluvia esponjosa.

 Búscame como la mariposa busca el terciopelo de la amapola.

 Y por favor.

 Encuéntrame que quiero saciar tu boca.

 Hállame para calentar tu cuerpo, como el sol calienta a las olas.

 Descúbreme para amarte, como el amanecer ama a la alondra.

 Desentráñame para seguirte hasta la luna, como el meteorito sigue al cometa.

Y por fin cuando me encuentres.

 Fundámonos  en un solo cuerpo, como se funden las gotas de mercurio cuando en el camino se encuentran.




Nadavepo.








sábado, 27 de diciembre de 2014

Te necesito









  Y necesite oír tu voz para relajarme.

  Como el adicto su nicotina para calmarse.

  Y necesite de tu abrazo para estar cálido.

  Como el indigente  necesita el calor humano.

  Y necesite de tu boca para saciar mi sed.

  Como el náufrago del agua para beber.

  Y necesite  tus ojos para poder reflejar mi luz.

  Como el ciego los necesita para poder ver tu belleza.

  Y desde entonces amar para mí fue un pecado.

 Porque jamás podre amar a otra como te amo a ti mi princesa.




Nadavepo.




martes, 23 de diciembre de 2014

Los sueños









 Cuando nos inunda la noche.

 Pensamientos infinitos invaden nuestra mente.

 Mientras cuerpos celestes vuelan sobre nuestros tejados.

 Los gatos maúllan, los perros ladran.

 Y nosotros estamos sumergidos en un sueño de esperanza.

 A media noche.

 El influjo de la luna nos eleva de nuestras camas.

 Y nos transporta a mundos paralelos.

 Donde nos transforma en Caballeros o Damas.

 Y vivimos nuestra propia historia con ánimo de alcanzar la gloria.

 Y cuando estamos a punto de ser Coronados.

 De nuestros sueños nos han despertado.

 Vil y cruda vida real.

 Que ni nuestros sueños, nos dejas alcanzar.

 Atorméntanos de día, pero déjanos la noche para la fantasía



Nadavepo.







lunes, 22 de diciembre de 2014

El regalo










 A veces necesitábamos tanto tiempo para volar.

 Que no conseguíamos ni despegar.

 Era frustrante amarte a través del aire.

 Duro y doloroso estar tan distante.

 Una vez al año te veía.

 Y para esa ocasión.

 Te pregunte que regalo querrías.

 Me pediste que te regalara una noche.

 Y yo te regale una noche sin horas.

 Abrazados quedamos.

 En el tiempo y en la historia.

 Y desde entonces, como los mejores amantes.

 Rompimos con la distancia y las horas.



Nadavepo.





domingo, 21 de diciembre de 2014

Cuento de amor











Una historia que todos hemos vivido alguna vez, que nos demuestra que nunca puedes cerrar las puertas al amor.




domingo, 14 de diciembre de 2014

Mi Virgen










Ateo me creí toda la vida hasta que te tuve delante, cuando te vi supe que había sido un ignorante, no tener fe cuando tenía a la misma virgen a mi alcance.

 Redimirme entre tus brazos era para mí ahora lo más importante, me confesé ante tu alma pura y virginal, prometiéndote que nunca más volvería a fallarte.

 Tú absolviste mis pecados y de penitencia me pusiste que te amara sin tregua ni descanso.

 Mi virgen morena que por ti empecé a amar a todos los santos, quiero que me purifiques con todos tus encantos.

 Ámame como solo tú sabes amar, y hazme sentirme un privilegiado al permitirme quererte y  al sentirme amado por la más bella virgen que los evangelios hayan dado.




Nadavepo.






Dragón









Solo cada milenio, surge un animal tan exótico y bello como tu sobre la faz de la tierra.

 Enfrentarse al fuego que desprenden tus ojos, es enfrentarse a ese ser mitológico que destruye fortalezas con la facilidad que tu carbonizas el corazón de los hombres.

 Me puse mi reluciente armadura para poder llegar cerca de ti sin que achicharraras mi corazón dulce y afable, que solo con su amor quería obsequiarte.

 Mi alma temblaba al acercarme a ti tan serena y elegante, pero me vestí de valor y quise desafiarte, aun a riesgo de quedar ciego y con mi corazón humeante.

 Llegue a ti con la vista fijada en el suelo, no quería mirarte a los ojos y que me derrotaras en el primer encuentro.

 Con tus alas no de dragón si no de ángel elevaste mi cara hasta con mis ojos encontrarte, ya tu mirada no era tan desafiante ni desprendía fuego como antes.

 Era profunda y penetrante, tan profunda que hasta el alma me llegaste y en vez de fuego de besos el corazón me llenaste.

 Esta vez era yo el que supuraba fuego, pero del deseo de amarte y sin emplear escudos ni lanzas pude derrotarte.

 Ahora en mis brazos vencida te derrumbaste,  ahora ya no destruyes más corazones pues el tuyo lo usas para amarme, y ya te has dado cuenta de lo frágil que puede ser un corazón al enamorarse.




Nadavepo.





sábado, 13 de diciembre de 2014

Romper








  Quiero que me saquen el mal de mi cuerpo poseído. 


  No quiero tener nada que ver con el que hace daño gratuito. 


  Mi destino ha de ser ayudar al marginado y desfavorecido. 


  No quiero contaminarme de quien contamina con su odio a todo lo indefenso y desprotegido. 


  Quiero romper con todo aquello que me desvié de tener los sueños de mi infancia, sueños que todavía no he cumplido.   


 Y aunque no sea un ángel y mi vida no sea un ejemplo a seguir, quiero acunar a esos niños que de las sombras no pueden salir.  


 Quiero romper esquemas, quiero romper protocolos para que todo el mundo me señale y solo me comprendan unos pocos.  


 Quiero romper con la ignorancia, quiero romper con los poderosos para que muchos me corran y solo me sigan unos pocos.  


 Quiero romper con la inquina y amar a mis semejantes, como solo han sabido hacerlo las mentes brillantes.  


 Quiero romper con la falacia que hace daño al mundo entero, quiero ser franco aunque me condenen por ello.  


 Rompí un cristal y aun me siento culpable, cuantos rompen inocencias y no se sienten miserables.  


 Quiero romper con todo aquello que me lleve por la cuerda floja, quiero anclarme a la tierra y seguir el buen camino, es todo lo que quiero en este mundo avaro y mezquino.  

 


Nadavepo.   


 

                        

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Frio









Me levante frio como una nevada de invierno, ni mi edredón echado por encima de los hombros lograba que entrase en calor mi cuerpo. Estaba tan helado como los seres queridos que nos abandonan en contra de nuestra voluntad.

 No sentía mis pies tan fríos como el mármol, mis manos estaban frágiles como el cristal, la piel la tenía gélida como el acero en una mañana de enero, tuve que acercarme a la chimenea y ni aun así mi cuerpo se reconfortaba.

 Mil puñales de hielo atravesaban mi espalda, otros tantos me desgarraban el pecho. Solo el corazón me ardía expulsando fuego por mi boca en forma de suspiros, en aquel momento mi sensación era la de estar sumergido en la oscuridad del más profundo pozo de la tierra. Por compañía solo mis pensamientos, en los cuales solo aparecías tú una y otra vez, te vi en la playa escribiendo un “te quiero” tan efímero como la ola que baño tus pies, me hablabas de amor de tal forma que yo pensaba ser el centro neurálgico de tu corazón.

 Que idiota fui y que idiota sigo siendo, pensar que te importe algún día, y ahora descubro que no te importe en ningún momento. Frio que me corroes por dentro, por favor te pido que abandones mi cuerpo, porque aunque ella fue para mí tan fría como un tempano de hielo, yo le deseo que tenga todo el calor que un ser humano pueda sentir por dentro.



Nadavepo.




  

martes, 18 de noviembre de 2014

La guitarra










Me dijeron que tu cuerpo tenía las curvas de una guitarra, y que sería imposible que yo llegara a enamorarte.

 Y yo les dije, que era el único que acariciando las cuerdas de tu cuerpo, podía sacar la poesía que llevas dentro.

 Y de una de esas poesías, sacar cuatro palabra articulada por tu boca, "estoy enamorada de ti". 



Nadavepo.




martes, 28 de octubre de 2014

La partitura de tu cuerpo











 Estaba en vela una noche más, me dirigí hacia la cocina pensando que las musas de mi inspiración me habían abandonado. 

Apesadumbrado levante la mano y abrí el armario de cocina sacando una taza, me prepare un café bien cargado ya que una vez más me esperaba una noche muy larga.

 En mi mesa de trabajo removía borradores de partituras que tenía allí amontonadas, a ninguna le encontraba sentido, yo buscaba sacar de dentro de mí corazón esos pentagramas adornados de notas que te dijeran lo enamorado que estaba de ti, aunque nunca te lo demostré y eso había creado una fractura entre nosotros.

 Tú nunca me pedías sexo pero si amor,  yo siempre te pedía sexo y casi siempre sin amor, y lo nuestro se desmoronaba, porque yo no sabía unir el sexo con el amor y tú no sabías pedir sexo, pero si dar mucho amor,  yo quería aprender que las dos cosas van cogidas de la mano y si las sueltas la distancia se agranda, es entonces cuando se pasa del amor al dolor.

 Yo insistía, y de mi pluma no salía ninguna nota que dijera lo que yo sentía por ti,  me desesperaba, lloraba y emborronaba el papel, de nuevo vuelta a empezar. Notaba como mi pluma temblaba y mi corazón se partía cuando yo en mi mente te veía, pero decirte te amo con mi música no sabía, y de nuevo otra partitura partía.

 La noche pasaba yo agotado estaba, y esa canción de amor no encontraba. Llegado el alba mis ojos se entrecerraban el cansancio me vencía y sin ofrecer un ápice de lucha más yo me rendía, me abordo el sopor y me dormí.

 Y caí en ese trance, en el que se encienden las farolas de las calles de tu mente, donde las ideas empiezan a detenerse en las puertas del encantamiento, esas con las que sabré decirte con música lo que no se decirte con palabras. Y tu estas ahí, totalmente desnuda con las notas tatuadas en tu cuerpo, las leo y las interpreto y me deleito jugando con ellas, tú las ordenas para mí creando música y suenan timbales y trompetas, tu derrumbas murallas y acortas metas, lo haces todo fácil, amas y sueñas y yo busco el punto final entre tus piernas.

 Una orquesta de colores salta sobre nuestras cabezas, y nos borra errores pasados y nos acerca, tú con la clave de sol me iluminas y me das fortaleza, yo quito una nota negra y tu una blanca me entregas así compartimos y creamos con pentagramas como escaleras, y yo quito y tu pones delicadeza, mientras yo sigo enredándome entre tus trenzas, es un aplauso apoteósico lo que me dan las farolas de mi cabeza, por haber creado la música que te dejara presa de mis semicorcheas.

 Y desperté de ese trance, y allí estaba la partitura sobre mi mesa, dude que aquello hubiera salido de mi cabeza, pero recordé que no había sido yo si no tu ternura y delicadeza con las notas que en tu cuerpo había prendido la naturaleza.


 Corazón tu música en tu cárcel me apresa, mientras yo aprendo a unir sexo con amor y delicadeza.



Nadavepo.



domingo, 26 de octubre de 2014

El canto rodado













Un día, de esos extraños en los que uno deambula desorientado y pensativo, paseaba por una rivera al lado del rio Guadalquivir con mi perro Roco, de repente oí una vocecilla que pedía ayuda, mire a mí alrededor y no vi a nadie, quede quieto y agudice mi oído  volviendo a oír la voz, tuve que agachar la vista para localizar de dónde provenía aquella voz tintineante.
Allí estaba casi rozando el agua, pero sin llegar a alcanzarla. Era una pequeña piedra o guijarro totalmente circular del tamaño de dos canicas, yo quede alucinado al ver como se dirigía hacia mí diciéndome.
― Señor, señor muchas gracias por atenderme y disculpe que lo moleste pero es que llevo varado aquí varios días y necesito ayuda para que me lancen al curso del rio, que es donde yo vivo.
Yo no podía dar crédito a lo que estaba sucediendo, y como si de un espejismo se tratase le respondí  pero sin esperar respuesta.
― ¿Me estás hablando a mi o es una fantasía?
―Si le hablo a usted caballero, y de por sentado que no está usted en trance, soy yo esta humilde piedrecita la que le habla.
Me pellizque y comprobé que no me había desmayado, por lo que decidí hablar con ella, aunque con el miedo de que alguien pasase por allí y me tomase por loco.
― Dime pequeña, ¿de dónde vienes?
― Señor, yo nací en la sierra de Cazorla, y nací con veinte veces más el tamaño que tengo ahora, aproximadamente el tamaño de una pelota de balonmano.
― ¡Un momento!, ¿cómo sabes tú lo que es un balón?.
― Caballero, yo se muchas cosas que hasta usted pueda ignorar, tengo cuatrocientos años y a lo largo de mi vida he tenido inimaginables historias. Para su curiosidad le diré que hace años  que los niños que juegan al lado del rio y por accidente sus balones caen al agua, y gritan para recuperarlos y articulan palabras y con ellas frases y con estas un idioma, de ahí puede deducir como puedo entenderlo y hacer que usted me entienda a mí.
― Perdóname, pero nunca se me hubiera ocurrido que un ser como tu tuviese vida y menos que pudiese hablar y tener esos conocimientos.
― Es normal, las piedras tenemos unas leyes muy estrictas que no nos permiten hablar con los humanos y con ningún ser que pueda interferir en nuestras vidas.
― Pero entonces tú, ¿porque no has acatado las reglas?
― Buena pregunta, pero yo le explicare. Cuando alguna de nosotras queda varada permanecemos ahí hasta que pasan varios años y la erosión que en este caso es como la muerte para vosotros los humanos, nos va desmoronando hasta hacernos desaparecer y morimos. Efectivamente yo tenía que haber acatado las normas, pero en mi viaje llegue a un meandro donde a algún lector se le había caído un libro al fondo del rio, este ejemplar se titulaba “Juan Salvador gaviota” y yo tuve la gran fortuna de poder leerlo, eso cambio mi vida me hizo independiente a la vez que medio ilusión y esperanza, y decidí no conformarme con lo que se conforman los demás. Por eso debo de seguir mi camino, pues me quedan muchas cosas por ver en los doscientos o trecientos años que me quedan de vida.
― ¿Y qué has visto en tu camino hasta aquí? Dije en un tono de admiración.
― Por no alargarle mucho la historia le diré, que he visto todo tipo de objetos que vosotros los humanos cuando no los animales arrojáis al rio, por ejemplo botellas, muñecas, semillas, flores y un sinfín de objetos más que no vienen a cuento nombrar ahora. Pero si hay algo que me ha impactado durante estos años ha sido ver cuerpos sin vida flotando en las aguas.
― ¿Cuerpos sin vida? Pregunte asombrado.
― Si señor, tenga en cuenta que he vivido guerras y escaramuzas en donde muchos cuerpos caían al rio, también accidentes de tráfico que acababan en nuestras aguas, por no citarle las personas que se han suicidado durante años y no le digo nada de las riadas que he vivido, las cuales han arrastrado a seres  humanos y animales además de todo tipo de cosas.
Yo no daba crédito a lo que este pequeño ser inerte me estaba contando, pero me tenía embaucado con su historia, y yo quería saber muchas más cosas de él o de ella pues no podía distinguir cuál sería su sexo, así que fue la siguiente pregunta que le hice.
― Y dime, ¿podrías decirme cuales tu sexo?
― Nosotros somos seres asexuados, que nacemos de las entrañas de la tierra.
― Y otra curiosidad que tengo, ¿tenéis alguna función? ¿Trabajáis? en definitiva ¿servís para algo?
― Pues claro que sí señor, mis homologas de la tierra sirven para crear montañas, cuevas en donde vuestros antepasados tuvieron refugio y que hoy en día siguen refugiando a los animales, además de orear la tierra para que este oxigenada y puedan habitar en ella lombrices y otros animales y las plantas crezcan frondosas y sanas. Y nosotras las de los arroyos y ríos, atrapamos verdinas que cambian los colores del agua para darle una u otra tonalidad, además de oxigenar el agua para su entorno animal. También nos amontonamos unas encima de las otras, para crear corrientes y cascadas y darle mayor o menor velocidad a las aguas según estas lo necesiten, además de hacer espuma en donde se refleja el sol y da al agua un tono plateado que os deleita a todos vosotros cuando las contempláis. Y otra de las cosas importantes que hacemos es crear oquedades entre nosotras que sirvan de morada a peces, ranas y demás seres acuáticos. Y para todo esto se necesita organización y disciplina, además de compañerismo, por eso caballero espero haber respondido con claridad a su pregunta.
― Claro que si pequeño ser inanimado.
En ese momento el canto rodado se enojó al oír mis palabras y me dijo en un tono enfadado.
― Sepa usted señor, que nosotros no somos seres inanimados aunque usted no lo crea tenemos alma y corazón, ya que contribuimos al funcionamiento de la rueda de la vida, además de ayudar a otras formas de vida y compadecernos de los seres vivos que sufren, aunque nuestra capacidad para ayudarlos este limitada.
Yo un poco avergonzado le pedí perdón y le argumente que como podía llamarla o qué si tenía algún nombre, a lo que él me respondió.
― Pues claro que tenemos nombre, todas tenemos un nombre al nacer yo me llamo “Liberum” que si sabes latín sabrás que significa libre. Y estoy orgulloso de él, ya que hace honor al tipo de vida que he querido escoger, ser libre y avanzar hasta mi destino final.
― ¿Y cuál es tu destino? Replique.
― Mi destino es seguir el curso del rio, ayudando y transmitiendo mis experiencias a las de mi especie, y sobre todo enseñándolas a ser libres y a que nunca se conformen y luchen por encontrar su destino. Y al final de mis días habre llegado a mi meta y esta será la desembocadura del rio Guadalquivir en San Lucar, ahí moriré sepultado por las arenas del mar y yo mismo pasare a formar parte de esas arenas que resurgirán como dunas y algún día un soplo de viento me enseñara a volar entre ellas y es ahí donde alcanzare el cenit de mi vida.
El tesón y las ganas de cambiar las normas de su mundo, intentando ayudar a los demás a pensar por ellos mismos, calo dentro de mis principios y de mi ridícula forma de enfrentarme a la vida, por lo que no tuve más remedio que darle las gracias por haber compartido su historia conmigo, que de una u otra forma hizo que yo cambiara a partir de aquel día, haciéndome mucho más fluido y volátil ante las adversidades.
Así que cuando le agradecí sus palabras, la cogí en mi mano y con mucha admiración le dije.
― Aquí se separan nuestros caminos, espero que tus sueños se cumplan.
― No dudes que con ganas de luchar se cumplirán, y ahora por favor lánzame al centro del cauce del rio.
La obedecí y haciendo una parábola la lance hacia el centro del cauce, y antes de caer al agua y perderse en sus profundidades me grito.
― La vida es bella, exprímela hasta el final como si fuera un limón.
No dude en hacerle caso a aquel ser, tan pequeño pero a la vez tan grande de corazón que podría haber cambiado el mundo simplemente con su oratoria.
Como me hubiera gustado que alguien más hubiera compartido aquella historia, para que al contarla no me llamaran loco, ¡lástima que solo me acompañaba mi perro Roco!



Nadavepo.



domingo, 5 de octubre de 2014

Un sueño, pero quizás real









 Anoche tuve un sueño.
Soñé que despertaba una mañana más, pero note algo diferente.
El colchón de mi cama era más duro de lo habitual, la almohada estaba hundida tan hundida que parecía estar rellena de plumas de ave, las sabanas eran ásperas y rígidas sin un ápice de suavidad. Con forme abría los ojos fui dilucidando el entorno que me rodeaba, los barrotes de mi cama estaban torneados con figuras florales eran de madera, que parecía ser caoba tenían un aspecto lúgubre y eso me sobresalto.
Salte de la cama algo sobresaltado, delante de mí una cómoda de la misma madera que mi cama hizo que me sobresaltara aún más, encima un espejo enmarcado en caoba hacia aún más tétrica mi habitación, a mi derecha un mueble con una palancana y un recipiente con agua  atrajo mi atención, me dirigí hacia él y rocié mis ojos con abundante agua para ver si despertaba de aquel terrible sueño.
Pero fue inútil, yo contemplaba aquella habitación que sin duda era la mía, pero decorada como en siglos pasados, salí de la habitación siguiendo los pasos de aquella solería que intercalaba cuadros blancos con negros de forma  similar a un tablero de ajedrez, mirar al suelo era algo hipnótico para mis ojos por lo que decidí no mirar más hacia abajo, llegue a mi cocina bueno creo que era la mía, pero la realidad solo se parecía en las dimensiones, en ella solo había cazos y ollas colgados del techo y un hornillo con fogones de carbón debajo de lo que parecía ser una chimenea, en el centro una mesa de madera con tres bancos a su alrededor, y a la izquierda un poyete de obra con estancias debajo llenas de utensilios de cocina, sobre este poyete un saquito pequeño con granos de café, un molinillo de madera para molerlo y lo que deduje sería una cafetera por su aspecto.
No dude en moler unos granos de café y poner la cafetera con un poco de agua al fuego, tenía que tomarlo sin demora a ver si despertaba de aquel terrible sueño, conforme la cafetera silbaba un aroma a café envolvía toda la estancia eso hizo que me diera cuenta que los olores que percibía eran más profundos de lo habitual, mis fosas nasales no paraban de procesar los olores a madera y a café que desprendía toda la casa, me bebí el café casi pelándome la lengua de lo caliente que estaba, pero ni aun así logre despertarme de aquel sueño.
Luego me dirigí hacia la calle como cada día a buscar el periódico, cuando abrí la ornamental puerta un rayo de sol casi me ciega, note que la luz era mucho más intensa de lo habitual y en el escalón como siempre estaba el periódico, aunque lo note bastante envejecido sus hojas eran amarillentas y la ilustración de la portada era un dibujo que parecía estar trazado a carboncillo, me agache a cogerlo mientras mis ojos se adaptaban a la luz del día y de repente vi pasar un carruaje de caballos que parecía estar sacado de una novela de Charles Dickens, los caballos que tiraban del carruaje relincharon a mi altura y el sonido de sus cascos lo llenaba todo, yo estaba estupefacto creía estar en una producción cinematográfico de época pero la cual se estaba rodando sin cámaras, focos ni atrezos pertinentes.
Conforme me levantaba con el periódico en la mano, observe que faltaban algunos edificios en mi calle y que esta estaba adoquinada, por la acera de enfrente pasaban dos señoras con unos trajes casi imposibles, terciopelo, sombreros con plumas y faldas hasta los tobillos eran los complementos de estas dos mujeres, por el diseño  pensé que eran de la época Rococó, totalmente alucinado entre en casa y empecé a ojear el periódico no pude evitar fijar mi vista en la fecha de la gaceta, cuando vi año 1730 casi me desmayo aquello no podía estar sucediendo.
Rápidamente me dirigí a mi despacho, me sucedió igual que en las otras estancias, la ubicación y distribución era la misma pero los muebles databan de otra época, una mesa de nogal con la encimera repujada en cuero ocupaba el centro de la estancia, a su espalda una biblioteca que ocupaba dos paredes del recinto y que estaba abarrotada de todo tipo de libros de encuadernaciones casi imposibles, sobre la mesa un legajo de papeles, un tintero, una pluma un sello y un secador de papel de los de hace siglos.
Grite de tal manera, que llegue al punto de la afonía y esta vez no fue por lo que mis ojos estaban viendo, esta vez era por lo que no veían que era mi móvil y mi ordenador, ahí pensé que me moría al estar incomunicado totalmente y lo que más me pesaba era no poder comunicarme con Anabela la mujer que yo amaba y que vivía al otro lado del océano, no le había fallado ninguna mañana desde hacía 18 años siempre le mandaba un beso, un corazón y un te quiero a través de la red y el hecho de no poder mandárselo aquella mañana era lo peor de aquella pesadilla.
Llore de desesperación durante varios minutos y pensé que el mundo se acababa para mí, pero de repente el olor a café, a madera, a cuero y al papel que tenía encima de la mesa hizo que me tranquilizase fue como un bálsamo para mis sentidos haciendo que me relajase bastante, una vez más calmado y centrado me senté en la butaca del despacho cogí papel y pluma y me dispuse a escribir una carta, moje la pluma en tinta y………..
Querida Anabela, quizás no puedas perdonarme cuando recibas esta carta porque pensaras que me olvide de ti esta mañana, pero te diré aunque te sea imposible creerme que estoy en otro mundo y en otra época, pero eso no va a impedir que el eco de mi voz llegue hasta ti para darte los buenos días con un cálido beso y decirte lo mucho que te quiero.
    Te mando el dibujo del estado en el que está mi corazón y en el estado que estará mañana cuando te escriba tu carta de buenos días, y no dudes que mientras mi corazón lata cada mañana recibirás tu carta de amor, esa carta que me hará vivir mientras espero tu respuesta.
Una vez escritas estas líneas  me dirigí a la cocina, tome una botella de cristal enrolle mi carta y la introduje taponando la botella con un corcho, volví a salir fuera y tome calle abajo con tanta ilusión que ya no me importaba nada lo que me iba encontrando a mi paso, aunque me pareciera surrealista, ya no había nada que pudiera distraerme de mi misión que era buscar el rio milenario que pasaba por mi ciudad, para posar mi botella en sus aguas con todo el mimo del mundo y dejarla navegar hasta que llegara a sus manos, cuando regresaba a casa una nao que navegaba por el rio descargo un cañonazo que me sobresalto, de repente estaba sentado en mi cama almohada mullida, sabanas suaves y mobiliario moderno, sin duda había despertado de un sueño, un sueño que me enseño que no hacen falta las nuevas tecnologías para decirle te quiero a tu amada.



Nadavepo. 



viernes, 26 de septiembre de 2014

Tu barco









Y fui tu barco.

Y te acompañe a cruzar todos los mares.

Y te ayude a navegar ante las más fieras tempestades.

Y te protegí de los rumbos desconocidos y de las nieblas arrogantes.

Y cuide que no te faltaran remos ni velas que te empujasen.

Y deje que me gobernases, aun sabiendo que me llevabas hacia las rocas para que me estrellase.

Pero no me importo… ¡te quise tanto! Que me dio igual que por la catarata me tirases.





Nadavepo.




jueves, 25 de septiembre de 2014

Mi pollito











Mi pollito amarillo, mi pollito de la infancia.

Me hiciste entender, que a las mascotas hay que cuidarlas.

Que aunque yo era muy tierno, tú a eso me ganabas.

Te cuide como se cuida a la cosa más preciada.

Pero me duraste poco, como dura la inocencia maltratada.

Aún recuerdo tu piar cuando me necesitabas.

Y ahora que soy mayor, ahora recuerdo lo que me enseñabas.

A cuidar de los débiles y a hacerme fuerte para el mañana.





Nadavepo.




Brisa