Que más me da, que mis poemas los lean quinientas
personas que cinco mil, si yo sólo escribo para tí, porque me entiendes, porque
eres diferente. No te enfades porque copien mis letras, el escribir es como la formación
de una ola, unos son la cresta y otros la arena que te golpea la piel cuando te
pica… sonríe amor, sonríe mi vida.
Qué triste es no tener, quien te inspire,
quien te amolde a la vida. Yo te tengo a ti, mi pluma, mi espada, mi rebelión,
mi clase de esgrima; yo por tus labios derramo mi tinta, y en tu cuerpo el
rastro de mil poemas se encripta, dándome la oportunidad de ser yo el único que
los escriba.
Fortuna o riesgo, esa es la fórmula del
desencuentro, ni yo quiero fortuna ni contigo correr ningún riesgo, sólo quiero
besarte hasta crear una nuevo poema, hasta reescribir eternamente el mejor de
los cuentos.
Tú me tienes por un dios, yo sólo soy una persona de carne y
hueso, ¡eso sí! con la imaginación de un niño travieso, con el que te ríes, con
el que te conviertes en capitana de los bucaneros… aunque a veces me hagas roer
como un ratoncillo, algún pedazo de queso.
Nadavepo