martes, 10 de diciembre de 2019

Acuarela









  Sólo soy una acuarela, que llora y se lamenta, porque su autor no se dignó a terminarla. ¿Soy rostro de verdad o careta de carnaval? ¿Llanto que se derrama o pincelada mal dada? ¿Esclavo en papel o antojo de una mujer? Me resbalo y desaparezco sobre un folio en blanco, mientras yo me pregunto…

  ¡Sobreviviré, o simplemente seré una vaga idea, que inacabada tirarás a la papelera!   



Nadavepo



miércoles, 4 de diciembre de 2019

Mi Mariposa













   Te he deseado, te he querido, te he amado; desde la sombra, desde lo más apartado, desde donde los sentimientos afloran…o en un suspiro quedan apagados.

  Poesía mordida entre los labios, memoria que se pierde, como se pierden los granos de arroz derramados… me odio por haber deseado odiar o haber cometido el más atroz de los pecados.

  Ahora mi memoria se ha olvidado de olvidar, y olvido lo que ya estaba olvidado… ¡Como añoro tu amor! el que me calentaba por dentro en esos duros inviernos, que helado me he quedado.

  Curtido por el paso del tiempo, así me siento, así dejo mi piel la luz del sol; y sobre mi pecho un reloj, que dejo marcadas las horas de dolor. Cuánto desamor y que poco amor, trabajo sobre el llanto, que va dejando mi hundido corazón.

  Amor que ayuda a borrar el destino, que desequilibra mis sentidos; como puedo seguir el camino, que seguramente me designó Dios…Si jamás te encuentro, y cuando te encuentro, eres amor de papel.

  Pero que ilusiones te depara la noria de los sentimientos, ahora aparece lo que me dará vida, un amor que la naturaleza ilumina, por eso no tengo más remedio que decirte…

   Que tu quedaste para ser creada el último día, pues después de ti, nada mejor se crearía. Diseño único, tacto exquisito, deslumbramiento a todo ser vivo que te rodea; porque eres efervescente como la marea, porque surges como el oasis de la arena, por eso te amo mi mariposa, porque sabes que te nombro así, por llamarte de la forma más bella.

  Sobrenatural me parece tu aletear, que me hipnotiza y paraliza. Alfombra roja tiene el campo por donde tú revoloteas, porque tu belleza a todos los demás seres eclipsa; colores interminables, polen que hechiza, toda tú eres el cuento que se materializa. Aquí estoy para darte eternos días de vida, cúbreme con tus alas… e introdúceme en el interior de tu sonrisa



Nadavepo.




miércoles, 25 de septiembre de 2019

El Gnomo Verde













  En uno de mis delirios de fantasía, salí a pasear por el bosque. El día estaba lluvioso, mi intención era buscar una seta roja, con el único objetivo de encontrar un gnomo verde en su morada, me hubiera dado igual que fuese azul, pero dicen que los verdes saben escuchar mejor. Quería contarle mi situación actual, que se basaba básicamente en la soledad, había perdido la esperanza de amar.

  Encontrar el amor, me resultaba cada día más difícil. El mundo se había vuelto banal, superficial, la gente se movía por impulsos similares, parecían estar conectados entre sí, repitiendo siempre las mismas secuencias. Yo me encontraba fuera de lugar, en este enrevesado circuito que había formado la sociedad, por eso las ganas de evadirme hablando con un gnomo verde, aunque me hubiera dado igual que fuese amarillo, pero dicen que los verdes saben oír con atención.

  Perdido, andaba absorto en mis pensamientos, cuando a lo lejos algo parecido a una seta roja divise ¡por fin! Ahora tendré la oportunidad, de poder pedir consejo al gnomo viejo, de la seta roja, del bosque lluvioso, donde hace tiempo también busqué como amigo a un oso panda, pero no lo encontré, días después leí en el periódico, que se habían marchado a China, así era normal que no lo pudiera encontrar.

  Cuando más cerca estaba, más extrañado quedaba, la seta cada vez se hacía más grande, y yo me preguntaba ¿seguro que con ese magnitud, ahí vive un gnomo de mi tamaño? Mojado y calado, el frio recorría todos mis huesos, aún así intentaba descubrir quien vivía en aquella seta, y aunque la lluvia no me dejaba ver con claridad, casi palpando llegué hasta lo que creí era la puerta de la seta roja, morada del gnomo verde, aunque si hubiese aparecido uno marrón, no le hubiera dado de lado, aunque para el consejo sabio el del gnomo verde, que dicen atiende a tus necesidades mucho mejor.

  Cuando pude golpear la seta roja, note que era algo blanda, se hundía y parecía materia plástica. De repente la seta se giró, entre el salpicar de gotas que soltó al girarse y la tintineante lluvia que no cesaba, pude atisbar casi borroso, casi difuminado, un precioso rostro sobresaltado. Que por cierto, no era verde.

― ¿Qué hace usted?

  Me dijo de un modo imperativo, pero que para mí sonó a gloria.

 ― ¡Usted perdone! Dije segundos después de poder reaccionar, ante aquella aparición divina.

― ¿Por qué aporrea mi paraguas con tanta insistencia?

  Dijo esta mujer extrañada.

― Es que pensé que era la puerta de la seta roja, vivienda del gnomo verde.

  Dije en un tono de alelamiento total.

  La dama en cuestión quedo casi congestionada, al oír aquello que le contaba.

― Pero… ¡ usted se ha vuelto loco! Respondió aquella preciosa señorita, mirándome como el que mira lo absurdo.

― Disculpe por no hacerme entender, pero es que no sabría cómo explicarle lo que me ha traído hasta usted.

  Le comenté en tono cándido he inocente.

  Creo que la mirada es el espejo del alma, de ahí que esta mujer no hubiera salido corriendo al oír mis disculpas, creo que al mirarme se dio cuenta que no era un peligro para ella.

  Increíblemente esbozo una tímida sonrisa, y metiendo la mano en su bolso, saco unas monedas ofreciéndomelas, ahora sí que me quedé descolocado. Mientras me acercaba las monedas me expreso lo siguiente.

― Que forma más ingeniosa de ir pidiendo una ayuda, jamás me habían pedido una limosna de esa manera. 

― No, no por favor, no voy pidiendo, lo que le conté anteriormente es totalmente cierto, de hecho si me da unos minutos se lo podría contar.

  A lo que ella me respondió.

― Estoy esperando el autobús, es el único tiempo que le voy a dedicar hasta que éste llegue, así que abrevie si quiere contarme su historia, pero antes refugiémonos debajo de la marquesina, que ya estás demasiado mojado, como para seguir bajo la lluvia.

  Así fue como empecé a contarle mi historia, de porque buscaba a un gnomo verde, las razones para andar bajo la lluvia perdido, la esperanza perdida en lo que se supone nunca se pierde. Con forme contaba mi relato, ella iba cambiando el rostro, paso de oír por compasión a oír por pasión.

  Pasó el primer autobús, pasó el segundo, pasó el tercero, los minutos se convirtieron en horas, ella me escuchaba embelesada y nosotros seguíamos sentados en la marquesina. Mi cuerpo no podía con tanta humedad, así que empecé a tiritar, cuando ella me observó me dijo.

― Perdona, estaba tan absorta en tu historia, que me había olvidado de que estabas empapado, por favor vayamos dentro de aquel bar, te invito a un buen café, que esté lo más caliente posible, además podrás entrar al baño y secarte un poco, debemos conseguir que entres en calor.

― Gracias, necesito entrar en calor, tanto como salir de la soledad, aunque te diré que hoy al estar a tu lado, me siento el hombre mejor acompañado del mundo.

  Una vez estuve en el local algo más reconfortado,  sentado frente a ella y en mis manos un café súper caliente, pude continuar con mi historia: Son pocas palabras, con las que puedo resumir mí últimas vivencias. Soledad, que es el mundo al que estamos abogados con las últimas tecnologías. Desconfianza, algo imparable, que crece diariamente minándonos a todos. Y por último y no menos importante, la difícil búsqueda del amor perfecto, o como otros dirían del amor eterno, pues yo me conformaría con mucho menos, tan sólo con un amor amable, tan amable como lo eres tú.

― Así que dime ¿Qué es lo que buscas tú? Le dije intentando dejarle espacio, para que ella participase en la conversación.

― ¡Yo! Ahora mismo me pillas totalmente absorta, no sabría que responderte.

― Empieza pos decirme tu nombre, luego tiras de la madeja y conseguirás hacerme un ovillo, deleitándome con tus palabras.

― Me llamo María, llevo una vida de lo más normalita, jamás he llegado a tener una necesidad como la tuya, pero te entiendo perfectamente, te doy toda la razón  con respecto a la soledad que nos invade en los momentos actuales, además de las relaciones en su mayoría banales; pero se vé que es el precio que tenemos que pagar en esta sociedad, que se torna de locura. Aunque he de confesarte, que jamas se me hubiera ocurrido buscar un gnomo verde, para pedirle consejo, aunque si te confieso, que me hubiera gustado tener como amigo a un oso panda, ¡me encantan los animales!

― Pues considérame un animal, el más exótico, el más mágico, el que más te guste, ¡en fin! El que pueda poner tu vida patas arriba, porque eso es lo que pienso hacer, llenar tu vida de aventuras, de emociones, de gnomos de colores, de hadas; y sobre todo de amor, mucho más que amable, te colmaré de un amor férreo, duro y longevo como una roca. Claro está, si tú quieres ser la princesa de mi cuento.

  Pensé que en esta parte de la conversación, ella se cortaría poniéndose a la defensiva, de las proposiciones que discretamente le lanzaba. Pero cuál fue mi sorpresa cuando ella continuo diciéndome.

― Pero creo que antes de hacer todo eso que me planteas, al menos podrías decirme cómo te llamas, más que nada porque tú ya sabes cómo se llama tu princesa, pero yo no sé cómo se llama mi príncipe; todo es cuestión de ir tejiendo lazos.

  Asombrado, al no esperarme su respuesta, continúe articulando mi nombre y algo más.

― Me llamo Israel, y como ves por nuestros nombres bíblicos, podríamos ser los príncipes de Judea, en sus muros podríamos grafitear una historia de amor, que podría ser de ensueño.

  Ella salto como un resorte, atendiendo a mis ilusiones.

― Me llamo María, y puedo asegurarte, que por la luz que desprende tu corazón, será una historia de amor de ensueño; jamás vi una sinceridad tan abrumadora, en unos ojos tan hermosos como los tuyos.

― Entonces, entiendo que quieres comenzar una nueva andadura en tu vida, acompañada por un servidor.

  A lo que ella continúo diciendo, con una fuerza desmedida.

― Quiero empezar una vida contigo, en tus castillos sean de arena o no, rodeada de gnomos sabios o cómicos, paseando entre esas setas rojas que pueblan tu mágico mundo, acompañada por  tu cortejo de osos pandas… ¡y cómo no! Quiero empezar esa nueva vida, con todo el peso de tu amor.


Nadavepo




sábado, 10 de agosto de 2019

No te enfades













  Que más me da, que mis poemas los lean quinientas personas que cinco mil, si yo sólo escribo para tí, porque me entiendes, porque eres diferente. No te enfades porque copien mis letras, el escribir es como la formación de una ola, unos son la cresta y otros la arena que te golpea la piel cuando te pica… sonríe amor, sonríe mi vida.

  Qué triste es no tener, quien te inspire, quien te amolde a la vida. Yo te tengo a ti, mi pluma, mi espada, mi rebelión, mi clase de esgrima; yo por tus labios derramo mi tinta, y en tu cuerpo el rastro de mil poemas se encripta, dándome la oportunidad de ser yo el único que los escriba.

  Fortuna o riesgo, esa es la fórmula del desencuentro, ni yo quiero fortuna ni contigo correr ningún riesgo, sólo quiero besarte hasta crear una nuevo poema, hasta reescribir eternamente el mejor de los cuentos. 

  Tú me tienes por un dios, yo sólo soy una persona de carne y hueso, ¡eso sí! con la imaginación de un niño travieso, con el que te ríes, con el que te conviertes en capitana de los bucaneros… aunque a veces me hagas roer como un ratoncillo, algún pedazo de queso.


 Nadavepo 

  


domingo, 23 de junio de 2019

Expresar Amor













    Aún creo en la forma de expresar el amor, en corazones de colores, en las paredes dibujados.

  No pierdo la fe, en notas de cariño escritas a mano.

  Siempre confié en los amores desequilibrados por la diferencia de edad.

  Sé que me he quedado anticuado, por creer en estas formas de amar del pasado.

  Pero tengo que confesarte, que estoy de ti platónicamente enamorado.

  No sé cómo puedo quererte sin apenas conocerte, como puedo desearte sin tan siquiera acariciarte, como en fin... puedo soñar contigo, sin saber lo más básico de ti, aunque sean tus apellidos.

  Loco triunfante, ido delirante, carnívoro pastando, herbívoro comiendo carne. Cómo me gustaría tenerte delante, para reiterarte una y otra vez que has sido y siempre serás mi amor platónico, de tal manera que aunque Platón no hubiera existido, yo de igual forma te hubiera querido.

  Arráncame de mí quietud y hazme andar hacia ti, no te asustes si sangro por la nariz, es que la emoción me pone el corazón a mil… sangrar es una forma de decirte, que estoy aquí para que hagas lo que quieras de mí.

  Me quedo en la forma  de amar del pasado, donde no existía el reloj y aún pasábamos por darnos las manos antes de besarnos. Quiero hablar de amor, de futuros, de castillos, de tus muñecas, antes de desnudarnos.

  Aún cuando te tenga delante, segundos antes del preámbulo de perdernos en el séptimo cielo, yo te seguiré susurrando… amor no sabes cuánto te necesite, mientras platónicamente te estaba amando.




Nadavepo.






miércoles, 5 de junio de 2019

Súplica












  Señor, muy bien sabes que en todos estos años no te he pedido nada, por eso te ruego escuche lo que he de decirte,  tú mejor que nadie entiendes que tengo que marcharme, es  por eso por lo que quiero suplicarte mi última voluntad, ¡quiero, pero no sé cómo decirlo Señor! Tus palabras serían mucho más certeras que las mías, dame ese aliento que necesito para hablar y te prometo brevedad.

  ―Cuídala, cuídala como cuidas al sol y a la mar, dale un nuevo hogar donde sea feliz, ruega por ella que no hace falta que lo hagas por mí. Búscale el calor que ella necesita, encuéntrale a esa persona que la haga feliz, no la prives de esos mimos que necesita para sobrevivir.

Señor, no hace falta que me contestes, tú eres tú y sabes cómo actuar, yo sólo soy tu humilde siervo que quiere irse en paz al saber que la cuidarás. Ya sabes que me pusiste a su lado, porque necesitaba a mi humilde persona, para que la cuidara como se cuida a una divinidad, para que la mimase como se mima a la cosa más tierna que anda sobre la tierra.

  No tengo que decirte que es bella, porque tú la creaste sabiéndolo bien, te doy las gracias por compartir tu creación conmigo, por demostrarme que la belleza está tanto por dentro como por fuera, que espléndido has sido conmigo, dándome el ocaso y la aurora, regalándome el frescor del verano y la luz de la primavera, los colores del otoño y del invierno la chispa del calor.

  Agradecido eternamente por esa tierna flor, que me aromatiza, que me da color, que arquea mi vida llevándome al revés de las agujas del reloj. Quiero amar hasta el día de mi muerte tu creación Señor, esperando que me des la oportunidad de en otro mundo paralelo volverla a encontrar… Para amarla, para quererla, para desearla sin descansar.


Nadavepo.



martes, 28 de mayo de 2019

Altitud












  Algo se moja a nuestro alrededor, convencido estoy que es culpa de nosotros dos. ¿Quién sabe del mundo?, si nosotros estamos sumergidos en nuestro rio dos palmos nada más, vemos la luz del sol como si fuese a través  de una vidriera de color. ¿Qué nos da más placer, estar arriba o debajo del puente?, junto al rio donde nos empapamos de sabiduría.

  Alienígenas somos aunque la gente no lo quiera entender, no pertenecemos a las cartulinas manchadas, tampoco a los bosques de papel, tenemos el poder de engendrar amor, de regalar placer. Quédate quieta que yo por los dos me moveré, abriré tu cerradura con mi llave de la vida, las paredes nos dirán cuando se humedezcan, que ya llegó la hora de tomar nuestra altitud, esa altitud desde donde todo se ve.

  Ahora estamos solos, nadie nos va a socorrer, dependemos del aire, del fuego debemos correr. Temple, serenidad, nos adaptaremos a este planeta, aunque sus habitantes a un paso de la locura están, no quieren darse cuenta que sólo por una locura se debe de luchar, ¡tú ya lo sabes!, es la locura de amar

  Anularemos de nuestras cabezas los malos pensamientos, borraremos los malos recuerdos, sellaremos con hormigón el odio y el rencor… y haremos de nuestro rinconcito un hábitat mejor. Saltemos de alegría, pues aunque niños ya conocemos las dobleces del corazón, dos motores con un sólo empuje, que nos lleva a toda velocidad a rellenar la bolsa de la felicidad.

  A nuestro alrededor miles de peces están jugando, le transmitimos paz, le damos confianza al nadar, quieren con nosotros volar, se arriesgan a nuestra altitud no poder respirar, pero aun así hasta cualquier lugar donde vayamos nos seguirán… somos quien ayudamos a soñar, inspirados en el tiempo, inspirados en la cigüeña que en el campanario está.

  Adormeceremos a los girasoles cuando el ocaso esté a punto de llegar, le contaremos cuentos de mariposas, que en el pasado sobre sus antepasados solían volar, ahora que ya no están… con nuestras manos las recrearemos para que ellos tranquilos puedan dormitar.

  Ahora se presenta un asno, que vocaliza el abecedario, pobre animal que en este planeta no le han dado una oportunidad, de expresarse de poderse realizar… nosotros lo acogeremos, le ayudaremos a superar su ansiedad, lo querremos y en nuestro mundo siempre se quedara.

  Altitud hacia el cielo, altitud hacia las profundidades del mar, que más me da vivir arriba que abajo, si ya me lo dijo el escarabajo… flota en cualquier elemento, que éste te dará el sustento de tu sostenibilidad, y toda la posibilidad de en cualquier forma poder volar, aunque sea al ras de tu corazón.



Nadavepo




lunes, 22 de abril de 2019

El Rey del Mundo













  Hubo una época en la que fui un rey, pero no un rey cualquiera, mi reino no estaba constituido por un estado, ni por diez, ni tan siquiera por cien, mi reino era cualquier lugar donde yo estaba y hasta donde mi vista alcanzaba, era el rey del mundo.

  Las hojas de los árboles se balanceaban a mi paso, como admiradores envueltos en aplausos hacia mi persona, los caracoles limpiaban y daban lustre a las piedras del camino, los pájaros amenizaban con sus cantos las jornadas tan laboriosas. 

  Tras de mí llevaba un cortejo variopinto, mariposas abriéndome paso ante el numeroso público que me observaba desde la jara mientras atravesábamos la dehesa, abejas zumbando anunciando en todo el bosque mi presencia, lagartos extendiendo ante mí, una alfombra de margaritas y amapolas, tortugas y libélulas  que formaban mi elegante cuerpo de guardia, mis asesores personales búhos y lechuzas que decían eran los seres más sabios de los que me podía rodear.

  Las rocas de los montes me miraban con recelo, pues sabían que en cualquier arrebato me montaría sobre ellas y las conquistaría poniéndolas bajo mis dominios, las serpientes me rendían pleitesía pues sabían de mi poder, los roedores se inclinaban a mi paso en señal del mismo respeto que yo les profesaba.

  ¡Cuántas batallas libradas contra mis peores enemigos los cardos!, me atacaban con sus brazos espinados, mientras yo, espada en mano los decapitaba haciendo de ellos un tupido manto, por donde todos mis súbditos pasaban sin ser arañados o punzados.

  “¡Libertad para mis fieles y lealtad para mis amigos!”, este era mi lema, mi estandarte, mi doctrina, la cual quería compartir en un futuro con todos aquellos que me rodeaban, convirtiéndolos  en mi legado fuese póstumo o en vida.

  Cuando llegaba el ocaso y estaba a punto de cubrirlo todo con un tupido manto negro, yo me retiraba a mi morada, donde la reina madre ordenaba mi aseo para sentarme a la mesa a cenar, después era obligado despedirme de ella con un beso y retirarme a mis aposentos, donde repasaba el abecedario y la tabla de multiplicar, por lo que al día siguiente me pudieran preguntar.

  Terminados estos quehaceres, intentaba dormirme soñando con ser el Cid Campeador y hacer de este mundo un mundo mejor, pero sin dejar de pensar que yo era el rey del mundo… aunque aún no había cumplido los siete años.


Nadavepo.
 


lunes, 8 de abril de 2019

Luna de Abril












  Qué difícil es romper un cristal, sin tener miedo a cortarte.

  Qué difícil es romper un corazón, sin que el tuyo explote en mil pedazos.

  Tú y yo estamos… no sé cómo decirlo, no sé con qué vocablo expresarlo; pero de lo que si estoy seguro, es que alguna vez estuvimos enamorados.

  Rompamos el hielo, aunque bajo nosotros haya un abismo difícil de superarlo.

  Porque si alguna vez necesité de la fuerza de tu sexo, hoy sólo me conformo con la brizna de un pensamiento aislado.

  ¡Cuánta pena por lo que no hemos vivido, qué dolor por los momentos amargos que hemos pasado!.

  Gloria a Dios en el cielo, bienvenidos a mi casa los extraños; cuanta paz en tus ojos, cuanto remordimiento en mis manos.

  Todos los días como sólo, por la mañana ando descalzo… ¿me estoy volviendo loco, o el olvido me está matando?

  Auroras pasadas, en bancos de niebla me estoy bañando, ¿que infierno me esperara mañana sabiendo que ya no estoy a tu lado?

  Hoy he desayunado un verso que se me ha indigestado, sólo era una rima donde se reflejaba un corazón amargo.

  No queda futuro cuando el pasado lo has desperdiciado, ¡que ironía si como jardinero tu amor hubiera cuidado!

  Rompecabezas sin sentido, que mi alma has descolocado; espero que me socorra alguien, encajando las teselas que se han desperdigado.

  Luna de abril donde te conocí, luna del último verano que navegué junto a ti… luna rota de la mesa de cristal, donde contemplaba el reflejo de tu sonrisa llena de felicidad.

  Adiós luna, adiós París.



Nadavepo




sábado, 9 de marzo de 2019

Reflejo












  Nunca te conté porque alguien me llamo siempre “Reflejo”, ahora que por otra causa me abandonas te lo cuento:

   Soy el reflejo del espejo donde te miras reflejando tu vanidad.

   Soy el reflejo de esa piedra en el zapato que piensas que te molesta, pero soy yo el que aguanta su malestar.

   Soy el reflejo de esa pena que piensas que no superaras, pero que es en mi donde brota la lagrima de ese pesar.

   Soy el reflejo de esa espina que piensas que te pincha, pero en realidad es a mí al que le causa el dolor.

  En fin, soy ese reflejo donde te miras para sentirte capaz, capaz de ser mejor persona, de ser de verdad, pero que como un reflejo… sólo una fracción de segundo en tu mente esta.


Nadavepo





lunes, 18 de febrero de 2019

Mi complemento perfecto













  Te amo, te amo de una forma desmedida. Eres el único hombre que hablando con el corazón, le has dicho a mi familia cuánto me quieres, se lo has reiterado a mis amigos, contado a mis vecinos, y lo has gritado al mundo con alevosía.

  Por eso te admiro tanto como admiro al sol de cada día. Gracias amor por saber escucharme siguiendo mi conversación, por templar mi ira cuando algo me domina, por abrazarme reconfortándome cuando lloro, y sobre todo por llenar nuestro hogar de alegría.

  Te amo, te amo por ser mi mayor fan a la hora de estrenar un vestido, o mi mayor admirador cuando trato de escribir una novela de amor, o simplemente mi mejor observador cuándo bailo para ti cualquier melodía.

  Ahora déjame a mí, ahora seré yo la que le grite al mundo, que eres el hombre más bueno y considerado que Dios puso en mi vida, que eres pura magia al hacerme tan fácil y divertida la vida… Lo amo, prometo gritarlo al universo tan alto, que como el cristal saltaran los cometas en mil pedazos.

  Gracias de nuevo cariño, gracias otra vez mi amor, por amarme creando música y por hacerme el amor haciendo poesía… te amo con premeditación, te amo con alevosía.



Nadavepo.





martes, 29 de enero de 2019

La Carta













  Intento escribir una carta, pero sólo me salen dibujos, esos dibujos que tu dejaste impresos en el pasado. Que yo ahora trato de dilucidar, intentando descubrir lo que por tu corazón había pasado, al pintar todo un planeta para ponerlo en mis manos.

  Tú que me has protegido, tú que eres  el que más me ha amado, me educaste para ser fuerte y que no me temblara el pulso al acometer cualquier acto… pero hoy me tiemblan las manos, al intentar dibujar lo que tú me habías enseñado.

  Muchas veces al ver tus acuarelas, pensé que era tu corazón el que pintaba y no tus manos; y yo incapaz de dibujar tu rostro, ni tan siquiera tú cabello plateado… y eso que aún estando lejos yo te veo a mi lado.

  Cuánto amor sobre la tierra has dejado, fuiste el hombre más íntegro y humano que jamás en mi vida me haya encontrado… y aunque ya nadie pronuncia tu nombre, son sus corazones los que te recuerdan sin haberte olvidado.

  Maestro de lo natural, lo sencillo, lo justo, lo educado; de los animales decano, y de la floresta sabio. Por eso todo y todos querían estar a tu lado, mientras yo me sentía privilegiado porque tú me habías creado… como dibujo, como ser humano.



Nadavepo.


 

viernes, 11 de enero de 2019

Lagrimas












    Gotas de agua y sal, que se filtran por las fisuras de tus hermosas vidrieras; no porque hayan sido cegadas por el sol, ni fisuradas por las duras heladas de años pasados. Sólo tratas de amortiguar tu motor desengrasando su dolor, por esas ventanas que se tornan grises aunque las deslumbre el sol.

  Cuánto se padece por el amor, que aún siendo la energía que mueve el mundo es capaz de parar tu pequeño reloj; luchas por la gasolina que te pone en movimiento, pero miras a tu alrededor y no encuentras el pozo de donde mana la luz de ese sentimiento tan tierno y a la vez tan aterrador ¡lloras por amor!

  Cuánta bruma a tu alrededor, húmeda, fría y sin ilusión, quieres tener esa máquina del tiempo que te haga retroceder en el tiempo, para poder sentirte de nuevo dentro de su corazón ¡lloras por amor, no porque te haya cegado el sol!

  Cuánta paz dejas atrás, que turbulencias rodean tu voluntad de poder olvidar, para de nuevo intentar amar y que esas ventanas dejen de sangrar agua y sal ¡lloras por amor y no porque el hielo haya fisurado tu corazón!

  Que verdad encierras en tu mirada tan derrotada, que brilla con una leve mueca desorientada, buscando la aprobación de la vida, para que te recuerde que se puede salir de esa oscura habitación; para encontrarte de nuevo con el viento, la fragancia de una rosa, y el tacto del musgo frondoso y acogedor ¡lloras por dolor, porque al jugar a querer, te has quemado por amor!

  Qué más puedo decir, para que ese dolor se aleje de ti, dejándote respirar, dejándote vivir. Qué más puedo hacer, para que vuelva a ti el último atardecer, donde las lágrimas eran de risa… mezcla de amor y placer.

  Como puedo decirte que no llores más, que borrarás la tinta de ese frágil papel, donde ayer escribías poemas de amor, y que hoy escribes con agua y sal una historia de dolor… de donde te aseguro saldrás más fuerte, de alma y corazón.


Nadavepo



Brisa