lunes, 24 de febrero de 2020

El río















  Te tengo en la cabeza, pero no puedo cruzar el río. Tú paseas por juncos, los cardos se han vuelto mis amigos; Las mariposas te acompañan, yo sólo escarabajos piso; Tú caminas por la arena de tu orilla, yo en el fango estoy metido. ¡Que dolor! ¿Por qué tiene que ser tan ancho el río?

  Te tengo en mi mente, y me esfuerzo para cruzar el río. Te oigo cantar, mientras yo en este lado suspiro; tú recoges flores, yo sólo gusanos de río; Tú puedes ver la claridad del cielo, yo sólo veo la oscuridad del suelo. ¡Qué pesar! ¿Por qué tiene que ser tan ancho este río?

  Te tengo en mi sien, y trato de cruzar el río. Te veo danzar en la otra orilla, mientras yo gimo; tú corres y saltas, yo por el lodo estoy impedido; la luz ilumina tu rostro, mi cara se oscurece por el pesar. ¡Qué angustia, que ancho se torna este río!

  Te tengo en mi corazón, y hasta aquí aguanta mi razón. Por eso voy a cruzar este río, me da igual que sea tan ancho como el Nilo, agotaré todas mis fuerzas nadando a tu encuentro, pero si muero en el intento… ¡Recuerda! que yo seré todas aquellas cosas, que desde la otra orilla vi, que te hacían enormemente feliz.



Nadavepo.




lunes, 17 de febrero de 2020

La fuerza de un vendaval













  Fuiste como una fuerza, que entró como un vendaval por la ventana de mi corazón, inundándolo todo de amor.

  Un poema de luz, una promesa en una cálida tarde de verano, una brisa que ondula el agua de un manantial inmaculado.

  Tú abres mi paraíso, con nieve roja o azul, con lluvia brava o estancada, con tormenta sin relámpagos, con la majestuosidad de tus encantos, y sólo con contemplarlos, ya es para mí un halago… servirte, adorarte, dormir a tu lado.

  Aunque haya algo que no te haya contado, tú siempre lo has respetado; felicidad o vanidad de creerme un mago, que intenta hacer prestidigitación con la bondad de tu corazón.

   Acto suicida fue, el abordarte ante tu gente,  para conquistarte, para declararte mi amor, me tachaste de loco que no siente vergüenza, que lo que rondaba por mi cabeza, sólo era el juego de un esporádico capricho de mi corazón.

    Y tu sonrisa dando tu aprobación, fue el mejor regalo que en mi vida puso Dios; por eso ya me da igual que se vaya la Navidad, porque ahora  puedo elegir, porque el amor se queda aquí.

   Ya puedes empezar a sumar, porque los años pasarán y las luces y decorados desaparecerán… pero nuestro amor por los siglos perdurará. 

  Y para terminar, quiero decirte que quiero batir un récord. Y que lo cronometren todos los jueces del mundo, a ver si son capaces… de cronometrar todo el amor, que te puedo dar en un segundo.



Nadavepo.





jueves, 13 de febrero de 2020

Eres













  Eres mi temblor de corazón.
Mi tiritar de emoción.
Mis pupilas dilatadas.
La vista más certera, la vista más turbada.

  Eres la inquisidora de mi cuerpo.
Mi evadir perfecto.
Mis manos atadas.
La que achispas mi alma, la que caldea mi cama.

  Eres el sonido más perfecto.
Mi candela en el cerebro.
Mis rodillas flexionadas.
La que me da vida, la que a veces me mata.

  Eres mi manjar favorito.
Mi camino más bonito.
Mis pies descalzos.
La que me da luz, la que en las tinieblas me abraza.

  Eres tú mi amada.
Mi mejor amiga.
Mis locuras desatadas.
Con la que sueño, a la que más le debo.

  Eres en fin, todo lo que no tiene fin.
Mi pretérito pluscuamperfecto.
Mis jardines colgantes.
De la tierra, el más valioso brillante.

  Eres la purpurina, que se impregna a mi piel.
Mi burbuja de cristal.
Mis pensamientos al azar.
La mujer perfecta, la que sabe a cereza.

  Aquí hago un paréntesis, porque me falta el aire.
Así que si me besas, podré tomar aliento… y así podré seguir diciendo lo que por ti siento, hasta que me beses otra vez.



Nadavepo.





Brisa