Cual bien me hizo entrar de lleno en un
binomio perfecto, donde mi salud mental entro en el más sano de los trayectos…
de mi convulsa vida.
Aplacar todos los malos pensamientos y ser el
hombre más humano en los sentimientos cotidianos, donde a veces nos refugiamos
para reír o llorar.
Viva la complicidad sin ápice de vergüenza,
para rozar la lujuria más perversa y auxiliadora que jamás viví.
Hacemos matemáticas aplicadas, aunque en el
sexo sean matemáticas desmadejadas que rompan con todas la normas establecidas.