Hace años que murió mi padre, físicamente pero no en mi corazón.
Un día cualquiera veía unos álbumes de fotografías junto a un buen amigo, nos riamos y comentábamos las fotos de mi infancia.
Cuando de repente y al pasar una página, se me ilumino la cara y ensancho el corazón, me quede absorto durante un rato mirando aquella fotografía.
Un hombre de mirada dulce y tierna se asomaba a su marco, no se cuantos recuerdos vinieron a mi mente.
Mi amigo al ver que yo miraba con tanto amor y fijeza la fotografía me pregunto.
─ ¿Quién es?
Y yo ufano y alegre le respondí.
─ Es mi padre, es mi historia, es el Ángel que me abrirá las puertas de la gloria.
Nadavepo.