miércoles, 4 de febrero de 2015

Tus pasos








  A metros te oía cuando te acercabas por mi espalda.

 Antes que tu presencia tu melodía me llegaba.

 Una sinfonía en preciosa armonía.

 Que tus pasos tocaban con delicadeza al rozar tus pies la tierra.

 Tu caminar era como acariciar las teclas de marfil del piano, con hojas de terciopelo afrutado.

 Y ahora que la música en mi estancia ha entrado, deja que sus notas golpeen mi boca.

 Y que rodeen mi cuerpo como danza de aquelarre desenfrenado.

 Para que esta entrada culmine con un precioso día, a tu “bene placito”.




Nadavepo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Brisa