miércoles, 18 de febrero de 2015

El cristal








  Ante el cristal tu llanto se difumina, como el lucero del alba al amanecer el día.

Incauta mi imaginación, pensar que llorabas porque tenías un puro y noble corazón.

El espanto recorre mi cuerpo, al descubrir que es un espejismo tu llanto tras el espejo.

Cruel reflejo que confundes todo mi ser, cuanto dolor al pensar que tú eras mi mujer.

Ahora cuando llueve no puedo dejar de llorar, porque veo tus falsas lágrimas detrás de cada cristal.




Nadavepo.




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