Te busqué bajo la cama y no estabas.
Te busqué detrás
de la cortina y no aparecías.
Te busqué bajo la mesa de té y no te encontré.
Te busqué en el balcón y solo aire apareció.
Te busqué en el armario y ya me estaba desesperando.
Pues nunca
me ha gustado jugar a ese juego, por miedo a que en un mal sueño no aparecieras.
Y sólo jugaba a él porque a ti te encantaba…
pues cuando te encontraba temblaban hasta los cimientos de la cama.
Te busqué en la terraza y ya perdía la esperanza.
Te busqué detrás
del sofá y ni tu aroma pude detectar.
Ya no sabía
dónde buscar, así que salí al jardín y te busque entre las plantas para no
perder la esperanza… ¡pero nada!
Estaba en tal estado de nerviosismo inusitado que grite para estar a tu lado… no hubo
respuesta, en ese momento casi pierdo la cabeza.
Por fin
mire hacia el fondo del jardín, y en una corazonada de lo más acertada hacia
las flores corrí… y como una más entre ellas te encontré.
Las lágrimas
se me saltaron y te pegue el mayor de los abrazos, como no queriéndote perder
ni en ese momento ni en el tiempo.
Te besé, te
abracé y te mimé como si no hubiera un mañana, mientras tú te preocupabas… pues
notabas de qué forma tan amarga temblaba, como un niño que al llegar a la vida
no respira hasta que le dan dos palmadas.
Alejandro
Maginot
Me has hecho desesperarme con tanta búsqueda jajajá, pero al final biennnnn, allí estaba.
ResponderEliminarEs cierto que a veces tenemos la sensación de perdida de alguien a quien queremos y eso nos da siempre miedo de no poder estar más con él o ella.
Es humano, sentir miedo , pero nos vamos a quedar con lo bueno, los encuentros especiales que se tienen después.
Un abrazo, gracias, por tu relato, y la próxima vez , que no se esconda tanto ajaj.
Feliz resto de semana.
Ese pobre hombre no encontraba ni un alfiler en un alfiletero de costura, así que yo le recomendaría que fuese al oculista... Jajjajaja.
ResponderEliminarBueno lo que si es muy real, es asustarte por esa persona que a un queriéndola proteger a toda costa... no te es posible si no esta a tu lado físicamente.
Gracias siempre por tu enorme sentido del humor y tu genialidad para sacarle a cada relato su núcleo fundamental.
Permíteme mandarte abrazos con todo mi cariño y desearte un estupendo resto de semana.