Salpícame con tu sabia, dime de tu indignación,
arrójame todo tu dolor, háblame de tu impotencia y frunce tu seño con toda la razón.
Entiendo tu postura y como yo muchas personas,
aunque también reconozco que no somos una mayoría… y si me lo permites te pondré
voz:
Estamos despreciados y nos sentimos
infravalorados, además de esa impotencia de no tener pies para huir de
vosotros, pues con una sola cerilla… irónicamente hecha de madera y sacada de
nosotros, nos prendéis fuego sin piedad sabiendo que aportamos oxígeno para que
podáis respirar.
No quiero hablar de estadísticas ni de tantos
por cientos, pero si no nos protegéis vuestra propia tumba cavareis… y con el
atenuante de que no tendréis un ataúd de madera para compaginaros con la
tierra.
Desagradecidos y más que humanos os llamo
marranos… pues de basura nos rodeáis y a la misma vez que a vosotros nos asfixiáis.
Y os hacéis llamar civilizados, cuando son los
animales los que nos cuidan y vosotros nos aniquiláis… como a las hormigas
cuando las pisáis.
Somos árboles, y no os dais cuenta que somos
vuestra fortuna… pues os damos de comer y regulamos la temperatura.
Y no os digo nada más… seguid destruyéndonos y
solo desierto os quedara.
Alejandro Maginot
Estoy segura de que si los árboles pudieran hablar , te darían las gracias por ese alegato a su favor.
ResponderEliminarEllos son más importante para el hombre , que nosotros para ellos.
Ellos pueden vivir sin nosotros , nostros sin ellos no.
Un muy acertado texto.
Un besote y muy feliz resto de semana.
Nunca mejor resumido y con tanta realidad mi estimada amiga, sin ellos estamos perdidos y sin rumbo. Así que apretemos los machos y reflexionemos sobre el tema, ya peliagudo de por si.
ResponderEliminarGracias una vez más querida Campirela por tu comentario tan sumamente sabio.
Te remito abrazos cargados de cariño y deseándote un estupendo fin de semana.