domingo, 11 de junio de 2023

Brisa




 


 Te acariciaré con la delicadeza que la vela es acariciada por el viento… por eso cuando me alejo de ti en zozobra me encuentro.

 Me siento como hoja de almendro… que se mueve al ritmo que le marca las ondas que genera tu cuerpo.

 La palabra rutina no existe en nuestros encuentros… pues en ellos fluye el agua, el fuego, la tierra y el viento.

 No conozco el miedo, pues contigo vuelo… sintiendo la brisa en mi cuerpo sin red de seguridad en el suelo.

 Y ahora que tu mirada me abre las puertas del universo… recorreré todos los planetas abrazado a tu cuerpo.

 Bordarás mi pecho con la figura de un Ángel… pues en el cielo me siento, cuando con un beso calmas el más desquiciado de mis pensamientos.

 Me alagas cuando me llamas el gran chef… pues dices que amaso con mis manos un amor, que al saborearlo se convierte en pecado.

 Con sólo dos palabras me embriagas… sin necesidad de llenar la copa, con un rioja que al entrar en mi garganta se apaga.

 Mi golondrina, mi reina del cielo, que con sólo levantar un dedo haces que todo se pare a mi alrededor…

¡Hasta mi puto reloj!

 

 Alejandro Maginot.

 


domingo, 4 de junio de 2023

Roto

 




 Quebrado y desmadejado… como una marioneta que por el odio contemplado se ha roto. 

 Niños que la observan y al verla carcajadas sueltan… porque son parte del odio que en nuestro tiempo se genera.

 Rota queda la marioneta por ver como desde la infancia… la crueldad a los niños rodea, unos se salvan y otros de ella se impregnan.

 Mientras agoniza trata de digerir como el salvaje al débil apaliza… con odio y saña, sin pensar en el daño irreparable que a ese niño hace para toda la vida.

 Tan fácil es romper un cristal… como quebrar la voluntad de alguien que quizás haya nacido para dar un amor especial.

 Y la marioneta piensa…

 ¿Romperme las piernas? Para que no haya niños que sufran en nuestro planeta.

  ¿Partirme las manos? Para que dejen de existir los malvados y crueles villanos.

 ¿Abrirme la cabeza? Para que la paz y el amor proliferen sobre la tierra.

 ¿Pisotear mi corazón de madera? Con la esperanza que el odio se desvanezca.

 Yo me sacrificare como hace muchos siglos lo hizo un profeta… con la convicción de que merecerá la pena, dando ejemplo a los hombres de cromañón que todavía inundan nuestro planeta.

 

Alejandro Maginot

 


Brisa