A veces necesitábamos tanto tiempo para volar.
Que no conseguíamos ni despegar.
Era frustrante amarte a través del aire.
Duro y doloroso estar tan distante.
Una vez al año te veía.
Y para esa ocasión.
Te pregunte que regalo querrías.
Me pediste que te regalara una noche.
Y yo te regale una noche sin horas.
Abrazados quedamos.
En el tiempo y en la historia.
Y desde entonces, como los mejores amantes.
Rompimos con la distancia y las horas.
Nadavepo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario