miércoles, 29 de enero de 2014

Mi perro



  
  
  Paseaba una tarde de otoño triste y desolado, y te encontré a ti, en una cuneta sucio y abandonada.
 Con tu mirada me pediste, que te dejara estar a mi lado, y yo no lo dude ni un segundo, y acepte encantado.
 Que generoso fuiste al entregarme tu amor desinteresado, y cuanta gratitud, en estos años me has regalado.
 Te cuide, pero quizás no todo lo que te tenía que haber cuidado, y tampoco te bautice porque no necesitabas nombre para estar a mi lado.
 Y ahora, cuando tan solo unos pocos años han pasado, te has ido mi querido amigo, al reino de los perros y me has abandonado.
 Ojos negros, que amargura me has dejado, con el corazón tan triste y desolado, como en aquella tarde de otoño, en la que nos habíamos encontrado.

 Dedicado a mi perro de nombre anónimus.










 Fdo: Nadavepo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Brisa