viernes, 9 de enero de 2015

El andén









Te perdiste en el andén una gélida mañana.

 Y no atendiste  mi voz.
 Ni tampoco mis llamadas.

Te perdiste en el andén una gélida mañana.

 Y no entendiste mi dolor.
 Tampoco mis plegarias.

Te perdiste en el andén una gélida mañana.

 Y no atendiste a mí ser.
 Tampoco a mi alma.

Te perdiste en el andén una gélida mañana.

 Ciego y con la mente nublada, decidí….
 Que railes acerados atravesaran mi espalda.

Te perdiste en el andén una gélida mañana.

 Roto mi cuerpo, desapareció mi desesperación.
 Mi corazón ya no se sale por mi garganta.

Te perdiste en el andén una gélida mañana.

 Ya no me importa aquel andén.
 Ni esa gélida mañana.

Para mí, solo eres un reflejo en una gota de agua.

 Ahora que ya no estoy.
 Tienes para perderte todos los andenes de España.



Nadavepo.






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