miércoles, 19 de febrero de 2014

A mi mejor amigo.









  Como puedo valorar, a la persona que me libero de las profundidades, de los más tenebrosos pantanos. Que me animo a cruzar por los trigales en agosto, a más de cuarenta grados de temperatura. Que me ayudo a andar, cuando no me respondían las piernas. Que sostuvo el vaso de agua en el que bebía, cuando me temblaban las manos. Que sudo, con los mismos miedos que a mí me aterrorizaban. Que me vacuno contra el amor mezquino e interesado. Que viajo conmigo a la luna, en un solo sueño compartido.
 Por todas estas cosas, no puedo considerar a este ser humano, como mi mejor amigo, le digo hermano y también me equivoco, solo puedo llamarlo mi alma gemela, pues todo lo que hemos realizado juntos, lo hemos hecho al unísono.
 Levanto mi copa, y brindo por las personas que hayan encontrado en el periplo de su vida, a un ser que este forjado de una calidad humana tan desbordante, como la del compañero que jamás me abandono en momentos críticos, aun a riesgo de su propia vida.
 A tenor de todo esto que cuento, os digo, que firmaría un pacto con el diablo, en el que dijera que cien años que volviera a nacer, quisiera hacerlo junto a mi mejor y único amigo.



   

Fdo: Ndavepo.




1 comentario:

  1. No hace falta que firmes un pacto con el diablo, mil vidas que nacieras, lo tendrás siempre 😉

    ResponderEliminar

Brisa