domingo, 16 de marzo de 2014

Al otro lado










  Ella siempre estaba allí, al otro lado, “rugía, sollozaba me quería y yo la amaba”.
 Ella siempre estaba allí, al otro lado, “rompía, creaba, encendía y me apagaba”.
 Ella siempre estaba allí, al otro lado, “maldecía, perdonaba se iba pero siempre regresaba”.
 Ella siempre estaba allí, al otro lado, “volaba, caía, navegaba  y zozobraba”.
 Ella siempre estaba allí, al otro lado, “guerrera, prisionera, dueña y esclava”.
 Ella siempre estaba allí, al otro lado, “ torreón, castillo, fortaleza y tan dura como la piedra”.
 Pero ella siempre estaba allí, al otro lado, “mi dueña, mi doncella, mi señora y  mi alma”.





  Fdo: Nadavepo.





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El escondite