Hay personas que se ríen de las faltas de
ortografía de los demás.
Yo tengo, quizás una, tal vez dos o a lo
mejor ocho, tal vez soy la persona que más errores cometo al escribir.
Hoy respiro tranquilo, pues gracias a
estupendos profesores que confiaron en mí, pude graduarme.
Por eso quiero dar las gracias a esos
profesores, y a todos aquellos que dejaron acabar sus estudios aún teniendo
faltas ortográficas, a excelentes médicos, a superlativos investigadores o
maravillosos creadores de arte.
Me apunto a todos aquellos, que creen que los
jeroglíficos o las pinturas rupestres, era un lenguaje trazado que transmitían
historias y conocimientos entre seres humanos.
Podrás tener todas las faltas del mundo, pero
si me escribes a mi te entenderé perfectamente.
Y aun sin saber escribir, mándame un dibujo y
seguiré comprendiéndote.
Pero si todo esto te falla, mírame a los ojos
y sabré lo que necesitas.
Y aunque no puedas verme, ni oírme, ni tan
siquiera articular palabra dame tu mano y leeré tu mejor redacción escrita.
En este escrito, me dejo atrás muchas comas,
puntos, v, b, h. Pero todo este galimatías, me hace vivir, ser más auténtico y
sobre todo respetar a los demás.
Estas líneas están dedicadas, a todos los que
tienen faltas de ortografías, a los que ni tan siquiera tuvieron la oportunidad
de aprender a escribir. Y sobre todo, a aquellos que con su dedo índice dibujaron
su corazón amable sobre la arena.
Nadavepo.
Muy bonito, realmente es importante el saber escribir pero no es la unica manera que tenemos de comunicarnos como dices a veces una mirada o un roce de manos dice mas que mil palabras.
ResponderEliminarGracias Rocio, interesante reflexión. Un saludo.
Eliminar