Ya casi sin aliento por no poder verla, dado al castigo que ambos teníamos impuesto por viejas disputas entre nuestros respectivos linajes. No pude evitar aquella misma noche y tras el regreso de una dura batalla, plantarme bajo la torre donde se encontraban sus aposentos… y entre suspiros y lamentos lance estas palabras al viento.
¡Oh!
Como te odio impertérrita hiedra, que con tus miles de tentáculos escalas las
murallas sigilosa y en silencio llegando al balcón de mi amada, teniendo el
privilegio de contemplar su pura y delicada belleza.
Mientras yo ni tan siquiera tengo alas para
poder desafiar a la gravedad y volar hasta sus aposentos, para abrazarla y
desteñirla a besos. Quiero echarle un pulso entre sus sabanas nacaradas y tener
por testigo sólo la luna plateada.
Pero ya ves mi Dama el creador me ha negado
esas alas, por lo que no tengo más remedio… que conformarme con verte asomarte
a tomar el fresco de la madrugada, quedando absorto mientras observo cual
luciérnaga mágica como las estrellas iluminan tu cara.
No puedo ni gritarte para explicarte mi rabia
ni tan siquiera pronunciar tu nombre para calmar mi alma.
Y yo te pregunto roció de la noche, ¿Cuándo oirá mis suplicas, cuando mis proclamas?
Alejandro
Maginot.
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ResponderEliminarRomanticismo al puro estilo de Romeo y Julieta.
EliminarDa gusto leer en ese termino de lenguaje pues no hay que olvidar que de algo sirvieron los clásicos nos enseñaron una manera distinta de comunicarse como fue en verso.
Cuando leo la entrada no dejo de imaginar al guerrero que después de una gran hazaña regresa a ver a su amada, y hete aquí que se encuentra no solo con los problemas de linaje sino con esa valla de hiedra que impide acercarse todo lo que él quisiera a su enamorada.
Me encanto, cada entrada que nos dejas nos sirve para que la imaginación nos lleve al lugar donde se realiza la acción y allí en primera fila seamos espectadores de primera clase jajaaj.
Un abrazo, feliz resto de semana, gracias siempre por tu buen hacer y tiempo dedicado.
Un lenguaje muy atractivo para hablar de amor con el cuál me identifico, pues hemos degenerado en la abreviatura del lenguaje, dejando incompletas las palabras que nos anexan al amor. Gratitud infinita estimada Campirela por este comentario salpicado de una bonita sonrisa que hace de la hiedra una escalera, jajaj. Te deseo un comienzo de semana lleno de bonitas sorpresas y que fluya el buen humor. Te mando un abrazo con cariño desde el sur más luminoso.
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