Tres serán las mujeres a lo largo de mi vida, la primera me acompañara toda la vida hasta que la tercera se lo permita.
La primera es la que me dio el don de la vida,
la que me pego el empujón para tomar la inercia en esta vida tan peliaguda.
La segunda es la que me enseño el sentido de la vida, me dio madurez
y sensatez, paz y tranquilidad, Dios permita que la tercera nos separe lo más
tarde posible.
De la tercera es de la que más hablare, pues
esta nunca da y siempre quita.
Quita días de esperanza, te los quita de golpe
o aun peor a largo plazo.
Esta es la que llena las casas de oscuridad y
de un olor a rosa negra, que lo impregna todo.
La tercera es la que elige como cuando y a qué
hora se desposara contigo, es fría y calculadora, sigilosa y malvada.
Nadie la crítica por embaucar a mujeres
hombres niños o ancianos, ella es la que toma la última palabra.
Oscura lúgubre y tenebrosa, nadie repara en ella
aunque el sueño a todos nos quita.
Todos intentamos darle de lado, pero de sus
garras es imposible escapar, cuando llega su momento nos da un abrazo gélido y
oscuro que nos envuelve en las tinieblas del olvido.
Perdí la memoria y los recuerdo del pasado, perdí
el latir de mi corazón y mis sentimientos añorados, seguramente con mi tercera
mujer ya me he desposado, que oscuro
esta ahora todo, creo que el tiempo se me ha pasado, ya no anda mi reloj, ya
todo está parado.
Fría muerte porque me has congelado, con lo
que me queda por contar y no me has dejado, ni tan siquiera despedirme de los
míos para decirles lo que los he amado.
Cuento y no reparo en decir, cuánto daño has
causado.
Muerte indigna que de dolor y sufrimiento las
paredes has pintado, creo que ni Dios ni nadie te han perdonado.
Fdo; Nadavepo.
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