Nuestro carácter latino, nos ha llevado a través de la historia a perder toda la credibilidad como seres humanos. Las luchas fratricidas entre miembros del mismo árbol genealógico por el poder durante siglos, ha sido una constante en nuestro país desde tiempos inmemoriales. Pero esto se acentúa con la formación de una orden depuradora de almas “La Santa Inquisición”, grandes hombres, que mediante las torturas más aberrantes y la quema en el mejor de los casos implantan el terror, consiguiendo así cantidad de devotos creyentes, ya se sabe “a Dios rogando con el mazo dando”.
Pero no creamos que
aquí se acaba nuestra maldad en la historia, recordemos a aquellos
conquistadores gloriosos que sembraron en Sudamérica sus atractivas
enfermedades, mermando de esta manera a los indígenas en tal cuantía que ni las
epidemias en siglos posteriores en Europa consiguieron con nosotros, no solo
fue esta causa la que deterioro a los indios, pues como los españoles somos
generosos les regalamos mamporros por doquier, eso sí ayudados por nuestros
queridos clérigos, que eran los encargados de repartir la cultura, no se nos
olvide que “ la letra con sangre entra”.
El amigo Lazarillo de
Tormes fue el mejor aprendiz de nuestra picaresca, fenómeno indescriptible que llega a nuestros días tremendamente
engordado. Porque es ahora en la época en que me ha tocado vivir, cuando ha
dado su fruto este caldo de cultivo de maldades sin límite, no hay nada más que
asomarse a un diario de nuestros días para saber que somos los mismos, los de
antaño, los que seguimos engañando, robando y asesinando, los que
hipócritamente acudimos a los templos de aquellos que asesinaron en el nombre
de Dios, para darnos golpes de pecho.
Fdo: Nadavepo
Fdo: Nadavepo
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