viernes, 19 de septiembre de 2014

Te observaba









Te observaba, mientras en el arroyo tus pies refrescabas.

Y con las gotas de agua, la media luna dibujabas.

…Y yo alucinaba.

Y con tu expresión pensativa, a las libélulas contemplabas.

…Y yo flipaba.

Y entre tus delicadas manos, un violín imaginario portabas.

...Y yo anonadado me quedaba.

Y te percataste de mi presencia, y no te sorprendiste ya me esperaras.

…Y yo mudo me quedaba.

Y una leve sonrisa de tus labios asomaba, mientras el marfil de tus dientes destellaba.

…Y yo me desmoronaba.

¡Qué fácil fue, enamorarse de la chica que se refrescaba los pies en las cristalinas aguas!




Nadavepo.






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