No
quisiera contar, pero mi corazón me dicta que debo de narrar esta historia.
Nací
de tu vientre, amor de todas las cosas. Me criaste contra viento y marea…
esperando mi regreso, aunque el sueño te venciera.
Dulces
sueños junto a ti, me traen las estampas de mi memoria… cuando me cogías de la
mano, para enseñarme a regar las buganvillas del camino de tu gloria.
Aún
recuerdo la primera palabra, que al
verme asomar a la vida salió de tu boca “amor”… que palabra tan preciada para
mí, y a la vez tan preciosa.
Arrancaste
todos los motores de mi cuerpo, hasta los músculos de mi boca… para poder
amamantarme de ti y besar tu delicada piel tejida de auroras.
Amarte
ha sido tan gratificante, todo era tan fácil junto a ti… que volar sin alas,
era lo más sencillo y hermoso de nuestras proezas.
Aunque
pronto tuve que partir, por los derroteros de la vida… nuestro cordón
umbilical, nos mantuvo en la distancia siempre unidos.
Ahora
vuelvo alegre y feliz, sé que de nuevo estaré junto a ti… pero paralizado y
conmovido quede cuando te vi.
Tu
mirada estaba perdida en el horizonte ¡eras tú!… pero yo no te reconocí.
¿Dónde
estás?
Es
tu cuerpo, pero no estas dentro del… maldita felicidad, porque me abandonas
ahora que tanto te necesito.
¡Dios!
desploma el cielo sobre mí, pero o me devuelves a mi madre… o nunca jamás
creeré en ti.
No
me recuerda, no sabe que soy su hijo, el que junto a ella fue tan feliz…
insistentemente le digo mi nombre, es inútil mi madre ya no está ahí.
Me
apoyo sobre su pecho, empiezo a llorar… ella no sabe lo que son las lágrimas y yo
me hundo en el vacío.
Cruel
vida que despojas a las personas de la memoria… yo te maldigo a golpes de
taquicardias en mi corazón.
Solo
me queda besarla, mimarla, acariciarla… quiero creer que mi voz, llega al fondo
de ese pozo tan oscuro.
Arrancarle
solo una mueca de sus labios… es ahora toda la lucha, que mantengo con este
mundo tan injusto.
No
se puede perder la esperanza, aunque la lucha sea ardua y tortuosa… y si no es
aquí, nos encontraremos tarde o temprano al otro lado de la gloria.
Dedicado
a las personas que pierden los recuerdos, pero no su corazón.
Nadavepo.
Preciso relato has hecho referente a esta lacra de enfermedad que nos afecta en alguna manera a tod@s , pero siempre hay una halo de color y eso se llama fe , con ella puede que se aprenda a descubrir cual es su origen y poder corregirlo ..bravo Alex siempre haces que con tus palabras nos lleguen a las más intima fibra
ResponderEliminarGratitud eterna por tus comentarios Campirela.
ResponderEliminarPrecioso relato Alejandro. Pero muy triste ya que se olvidan de todo, de su nombre e incluso hasta de comer. Porque tu se lo dices sino ni lo harian. Sin memoria no somos nada tan solo unos niños que necesitamos de alguien para salir adelante. Al principio del estadío hasta ellos se dan cuenta y sufren. Se lo que es esta enfermedad que también ha afectado a parte de mi familia.
ResponderEliminarMi solidaridad contigo Soraya. es una enfermedad muy triste. Besos
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