Negra
estructura, la que sostiene los pilares de mis pensamientos.
Adoquinada
de rojo sangre, tan roja como el fermento.
Fuerzas
de la naturaleza, dejad que trepen las neuronas hacia mi azotea… cargadas de
buenos pensamientos.
Y
alejar de mi techumbre, odios, rencores y excrementos.
Turbiedad
que empaña el cristalino de mis pupilas,
y me deja por su amor casi ciego… deja que pueda limpiarme los ojos,
pues necesito verla… como el viento necesita ver a su velero.
Marineros
de la posesión, dejadme navegar… pero por favor, no me dejéis naufragar en el
océano de la inquina y los celos.
Soy
la mezcla de tres personas, arlequín, bufón y payaso, por eso quiero que el
mundo sepa… que si no levanto cabeza por tu culpa, es porque solo fui un
fracaso.
Nadavepo.
Magnífico escrito Alejandro. Hay que alejar los malos pensamientos, pues no traen nada bueno y no dejan nunca avanzar. La inquina y los celos son malos consejeros y hacen naufragar hasta el mejor marinero.
ResponderEliminarNunca nos debemos dejar arrastrar por celos, son malos consejeros. Besos Soraya.
EliminarEse sentimiento nos hace actuar de muchas maneras hasta enloquecer pero jamás fracasar, aunque lo creamos. Qué los malos pensamientos se vayan y sólo queden los buenos! Besos!
ResponderEliminarSi señor, buenos pensamientos Hada. Besos
EliminarAveces esos pensamientos nos juegan malas pasadas hasta hacernos enloquecer!!Nadie debería sentir celos por nadie deberíamos alejar y disfrutar del momento.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo srta Mur. Besos
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