Que mi mandarino con mi manzano se darán la
mano.
Que mi encina labriega, con su sombra nos
regalara el frescor en verano.
Que nuestro olivo frondoso, nos dará sus
frutos verdosos.
Que nuestro algarrobo, con sus hojas verdes y
amarillas, nos deleitara danzando como una bailarina.
Que nuestro ejército de pinos, nos protegerá
de los vientos enemigos.
Que nuestra hiedra, los muros escalara y hasta
el cielo llegara y a mi padre saludara y cosas nuestras le contara.
Que nuestra madreselva, con sus perfume todo
lo embriagara, y a su llamada todos los pájaros acudirán.
No puedo nada más que sorprenderme, al ver a
dos jilgueros sobre la hierba jugar, me asombran con su libertad.
Una tortuga nos acompaña, quien pudiera
superar su longevidad, para estar junto a mi amada toda la eternidad.
Tres mariposas vuelan alto, trazando un arco
iris en nuestro campo, nunca pude imaginar ver a una mariposa a mi edad.
Mi banco de madera, cansado y viejo esta, pero
sigue haciendo un gran esfuerzo para poder sostener el gran peso de nuestra
edad.
Una mariquita en mi jazmín, atraída por su
olor a aterrizado, y yo como el que ve a un fantasma, anonadado me he quedado.
Un grupo de margaritas a mi puerta han
llegado, y yo sorprendido las e felicitado, por deleitarme con una alfombra de
tan bello calado.
Una caravana de hormigas avanzaba sin parar,
haciendo camino al andar, hay como me recuerda a Antonio Machado en sus campos
de libertad.
Al fondo de mi campo, mi casita blanca con su
porche de madera esperándome esta, tengo que darle las gracias por acogernos
con tanta amabilidad.
Tan solo me queda recordar que la vida pasa
sin parar, que lo que hoy yo estoy disfrutando, mañana otros lo disfrutaran.
Que lastima no tener la fe de los antiguos
egipcios, para poder llevarme al otro mundo dos cosas que he amado de verdad,
mi casita blanca y mi mujer de cristal.
Fdo: Nadavepo.
Nunca la pierdas... ;-)
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