La brujería de la lluvia es la de la purificación. La lluvia purifica la atmosfera, limpiándola de las partículas de polvo así como de la polución que sueltan los automóviles. Además de limpiarnos a las personas nuestros cuerpos, tanto corporalmente como anímicamente.
No podemos negar que
la lluvia, nos crea un estado melancólico, dulce y amable que nos lleva a una
relajación mental necesaria en nuestros días.
El viento, cómplice
de la lluvia ayuda a esta a arrastrar las malas impurezas que generamos los
humanos, además de proporcionarnos un aire puro y respirable.
Pero no solo queda
aquí la cuestión, que hubiera sido en el pasado o en el presente, sin esa agua
tan necesaria para dar vida a la tierra, no hubiéramos sobrevivido, pues no
solo nuestro cuerpo está formado por ella, también el de las plantas y los
animales.
Además ayuda a
agudizar nuestros sentidos, cuando en primavera riega las flores, llenando el
campo de mantos de colores y de millones de aromas que nos cautivan el alma.
Y qué decir del viento,
que hubiera sido de nuestro pasado, sin ese viento que soplaba en las velas de los navegantes para surcar los mares, o para dar giro a esas aspas de molino, que nos proporcionaban y nos proporcionan el
pan de cada día, o que mejor viento, que el que hace volar las cometas, para el
disfrute de nuestros niños.
Por todas estas cosas
y por mil más, yo digo que el viento y la lluvia son mágicos, como mágica fue
la noche que Dios quiso llevarse a mi padre, noche que la lluvia y el viento
ayudaron a papa a subir al cielo.Fdo: Nadavepo.
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