martes, 10 de junio de 2014

Mañanas de julio










Y llegaron las cálidas mañanas de julio, donde los pájaros retozaban, esperando la Calígula del medio día, para irse a buscar el frescor de sus refugios.
 Y yo en mi cubículo de cristal una mañana más, observando como los rosales se marchitaban día tras día, a tan altas temperaturas.
 Vi a una pareja de jilgueros, que picoteaba al lado de un arbusto, que colores  tan vivos tienen esos pájaros tan gráciles, no cuadraban en el entorno de esas plantas tan amarillentas y secas.
 También dilucidaba a una salamanquesa que había salido de su letargo, y estaba afanada en alcanzar su desayuno, cazando a los descuidados mosquitos, que retozaban a su alrededor, me parecía inquietante como se sostenía la salamanquesa en los muros de piedra con sus frágiles y transparentes dedos.
 A mi espalda, observe como una araña tejía su tela, que muestra de geometría tan elegante, yo la miraba embobado, mientras ella seguía tejiendo su tela, sin preocuparse del entorno que la rodeaba.
 Ya las moscas hacían sus vuelos agiles y agotadores a la vista, que producían en mi cuando fijaba mi mirada en ellas, una especie de somnolencia mágica, que me producía un efecto narcótico difícil de superar, para no caer en un sueño profundo.
 También vi a unos gatos asilvestrados, que compartían la sombra de un parral, uno era negro y de ojos verdes, se estaba lamiendo las esponjas de sus patas, creo que satisfecho por el festín que se acababa de dar, otro era gris de ojos amarillos, y estaba sentado y obnubilado con una mariposa que revoloteaba a su alrededor, el tercero y último, apuntaba maneras de gato romano, era el más joven y estaba tendido a todo lo largo en el arriate, seguramente el sitio más fresco del entorno.
 Del hueco de un fresno, un recién levantado ratón, salía olfateando el ambiente que le rodeaba, encontrándose seguro echo a correr con esa velocidad alterada que usan estos animales, de repente se detuvo y olisqueo una hoja seca, que al parecer no era de su agrado, por lo que continuo corriendo con sus saltitos característicos, hasta que encontró un hueco en la vieja muralla, por donde desapareció.
 Nunca llegue a pensar, la vida que rodeaba al cubículo de cristal donde yo estaba metido, desde allí podía observar sin ser visto, y yo me imaginaba como un Dios, que observa el buen funcionamiento de los seres vivos, y su quehacer diario, pero sin interferir en ellos.
  Yo feliz de contagiarme de tanta vida y ganas de vivir, los animales son un ejemplo de superación y supervivencia, en los cuales nos deberíamos de reflejar los humanos, cuando a nuestras vidas llegan esas adversidades tan difíciles de superar.
En muchos momentos difíciles de mi vida, quise ser araña, gato, ratón o cualquier otro animal que me ayudara a superar aquellas difíciles situaciones que viví.
 Vago delirio de un sueño, que ni en los mejores cuentos se puede hacer realidad, pero alguien me  dijo, que soñar ayuda a cambiar la perspectiva de tu vida, aunque sea por momentos cortos en los cuales puedes superar esos difíciles momentos.
 Recomiendo, la observación del entorno que nos rodea, pues eso nos puede ayudar en el aprendizaje de navegar por la vida, si ellos lo hacen, nosotros también.




   Fdo: Nadavepo.



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