lunes, 9 de junio de 2014

Mi padre









  Le dedico a mi padre, un día soleado, un día nublado, un día nevado, o un día granizado, o porque no un día lluvioso.
 Aunque pensándolo bien, también le puedo dedicar, un día húmedo, seco, frio o cálido, pero qué más da, cualquier forma de día le puedo dedicar, pues a todos el su belleza les sabia encontrar.
 Durante años, todos esos días el me los supo dibujar, pero ahora que mi padre conmigo ya no está, ahora todos los días del año me parecen igual.
 Cuando miro en sus cuadros, los dibujos que me solía pintar, solo el color gris en ellos puedo encontrar.
 Por todo esto te grito papa, en cualquier lugar donde puedas estar, devuélveme los colores de tus cuadros, que yo te los sabré guardar.
 Te prometo, que solo los compartiré con los niños de nuestra edad, los mismos que cuando yo te visite, con nosotros jugaran, al corro a la tanga o sabe Dios a cuantas cosas más.
 Y aunque en esta carta, lo que te voy a decir no vaya a rimar, por todo lo que me ofreciste, solo puedo decirte una cosa, ¡te quiero papa!





   Fdo: Nadavepo.





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