Cuando estuve tan dentro de ti, mi corazón con el tuyo al unísono solían danzar.
Tanto danzaron
juntos, que al tenernos que separar y aun estando a mucha distancia, ellos
nunca perdieron el compás.
Danzando y bailando,
siempre bailando sin parar, y nuestros dos corazones, nunca perdían el ritmo al
girar.
Quizás el
sincronismo, de nuestros corazones al amar, quizás ese fue el que nos ayudó, a superar la muerte de papa.
Por eso en la ventana
y detrás de tu cristal, yo quiero protegerte madre, para que tu corazón no deje
de soñar.
Pues yo quiero que
tengas siempre presente mama, que te queda un hijo que te quiere de verdad.
Fdo: Nadavepo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario